Ninguna experiencia representa mejor la naturaleza del deporte cubano que una proeza acuñada en agosto de 1991. La pugna no solo proporcionó bienestar, también ratificó el linaje de nuestro movimiento atlético, que merecía y añoraba plantar su bandera en lo más alto de la historia. Luego de la inevitable introducción debe imaginar que nos referimos… Continuar leyendo