“No aflojes, sigue tirando, no te metas en la corta distancia…sigue tirando, entra con el jab y luego madúralo… tranquilo, no te impacientes, que él no puede contigo… enséñale a respetarte, enséñale quién es el campeón… sigue tirando, no aflojes…” Así le gritaba, una y otra vez, desde la esquina del cuadrilátero de boxeo… Continuar leyendo