Cuando el primero de mayo de 1938, Lázaro Peña González, quien ocupaba la secretaría general de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (Cnoc), llamó a la constitución de una organización única que agrupara a todos los trabajadores de Latinoamérica, lo hizo como parte de los pasos que se daban con vistas a la fundación de la Confederación de Trabajadores de América Latina (Ctal), durante un congreso que se celebraría en México, en septiembre de ese año Continuar leyendo