Para los que lo aplaudieron en el estadio y para quienes lo honraron con una felicitación ya esa cifra está en su poder. Para las preciosas, milimétricas y no siempre bien compiladas estadísticas no entrará al club de 400 hasta una próxima oportunidad que llegue a la segunda almohadilla con una de esas tantas conexiones a las que nos tiene acostumbrado. Continuar leyendo