Los adoquines, por estos primeros días de febrero, adoptaron una pose inmóvil para dejar pasar al deseo de festejar un aniversario distinto. La vorágine constructiva cedió espacio para que esa dama de barro se engalanara y coqueteara con una imagen fresca, pero que aún preserva los encantos de su fundación. Todo comenzó, como cada año,… Continuar leyendo