Cuando Fabrizio Chiodo estaba haciendo su tesis doctoral en vacunas sintéticas y la publicación estrella de este campo era la del científico cubano Vicente Vérez Bencomo, el italiano nunca pudo imaginar que unos años después colaboraría con su héroe y su equipo para desarrollar una vacuna durante la pandemia más grande que la humanidad ha vivido en el último siglo Continuar leyendo