Que bajo los bises de un himno playero se agite la prosa trascendental de Dostoievski invita a destapar el misterio. Porque la vida de un hacedor de éxitos -más de lo que parece- encubre ciertos enigmas, cuestión de supervivencia. Descemer Bueno (La Habana, 1971) no cree en urgencias y condensa sus respuestas con una humildad prudente mientras… Continuar leyendo