Desde hace ya varios meses constructores de Las Guásimas, un pueblito justo en las estribaciones de la urbe habanera, echan por tierra aquello de que la noche se hizo para dormir, pues cuando el cálido colchón o los brazos de la mujer amada incitan a irse a la cama, ellos empinan su esfuerzo en la fabricación de bloques Continuar leyendo