Lo alcanzado en estas más de cinco décadas demuestra que fuimos capaces de tener más de una generación en la que había más de 150 peloteros con calidad, algo que hoy se hace cada día más difícil de sostener por la emigración, la compra burda de talentos desde edades juveniles y un deterioro del estímulo y las motivaciones en los entrenadores de base. Continuar leyendo