La tarde caía en la cancha Pibe Valderrama y el partido entre México y Cuba en hockey sobre césped semejaba una campaña entre bastones, defensa e historia. Para las nuestras no había mejor forma de pelear tras la derrota en la clasificatoria contra las aztecas, mientras los cuatro títulos en línea desde 1993 eran un talismán que sabían de memoria y no se dejarían arrebatar Continuar leyendo