Y el mundo entero los daba por acabados. Ancelotti no. Ancelotti se aferraba. Por eso quitó a su medio del campo entero, en gesto genuino de desesperación, porque esto de hacerse los muertos, bien lo sabía, no era ni mucho menos una estrategia, aunque resultaba la manera de adaptarse a las circunstancias, de confiar… Continuar leyendo