Nosotros vivíamos en un pueblo muerto antes del año 1959, aquí casi todo el mundo estaba desocupado, la única forma de buscarse la vida era pescando, y malamente, porque los intermediarios te pagaban centavos por los pescados de calidad. Nadie mejor para retratar la triste realidad gibareña que Raúl Proenza Pérez, quien siendo jovencito tuvo… Continuar leyendo