Mañana 8 de noviembre tendrá lugar en Estados Unidos la elección presidencial número 58. Con ello se dará por concluida la campaña política más sucia de la que se tiene recuerdo, según han afirmado analistas y observadores.
El ganador asumirá el 20 de enero del 2017 y tendrá frente a sí numerosos desafíos y oportunidades, algunos definidos tempranamente en sus respectivas plataformas políticas; otros asumidos al calor de una campaña que mucho tuvo de batallar a la riposta.
El resultado podría darle a Estados Unidos, por ejemplo, la primera mujer presidenta (Hillary Clinton); o quizás el Grand Old Party (Partido Republicano) termine por aclamar al candidato (Donald Trump) que más ha fracturado su militancia.
No obstante, se espera que sean unas elecciones de baja participación, algo que los expertos explican a partir de la obligación de registrarse y la complejidad del proceso en algunos estados; sin descartar la apatía y la falta de confianza en los partidos políticos.
En las presidenciales del 2012 en EE.UU. hubo 129,1 millones de votos de 241 millones de personas aptas para ejercer el sufragio. Es decir, asistió el 53,6 por ciento. Varias fuentes estiman que esta vez podría esperarse un comportamiento similar.
Sin embargo, medios de prensa publicaron este domingo que la Asociación Nacional de Latinos Electos espera que unos 13,1 millones de su comunidad acudan a las urnas el venidero martes. La cifra supone un incremento de 35 % frente al 2008.
Otra fuente, la encuestadora Latino Decisions, afirmó que esa cifra podría llegar a los 14,7 millones, lo cual sería un récord aunque sigue siendo menos de la mitad de los que pueden hacerlo y refuerza la tendencia de pasados ciclos electorales que convierte a este grupo en el que menos vota.
En el 2012 la participación electoral hispana fue del 48 %; mientras que la de los afroamericanos llegó al 67 %, sector que sigue creciendo en su intención de voto.
No por gusto el senador republicano Lindsey Graham, de Carolina del Sur, expresó recientemente que lo más notable de estos comicios podría ser la movilización del voto hispano. «Trump merece el premio por la participación hispana. Hizo más para llevarlos a votar que lo que cualquier demócrata ha hecho jamás», afirmó.
En cuanto a los pronósticos de resultados, la mayor parte de las encuestas coinciden en que Hillary Clinton, la ex secretaria de Estado, lleva una ligera ventaja al multimillonario neoyorquino Donald Trump.
El sitio digital RealClearPolitic.com reporta un 46,6 % de la intención de voto favorable a Hillary, frente a 44,9 % para Donald. Otros tanteos realizados por ABC/Washington Post Tracking afirman que será 49-45, mientras que Reuters/Ipsos dan cuatro puntos a favor de Clinton (44-40).
También favorecen a la ex primera dama las encuestas de CBS News/The New York Times (47-44); Economist/You Gov (48-45) y IBD/TIPP Tracking (46-43). Solo la realizada por LA Times/USC Tracking da como vencedor al aspirante republicano a la Casa Blanca con un punto de ventaja (46-45) sobre su oponente demócrata.
Este domingo James Comey, director del FBI, dio un espaldarazo a la candidata tras anunciar que no pedirá que se le procese por el tema de los correos electrónicos borrados, arista que se reveló como una de las más vulnerables a lo largo de la campaña.