En un barracón de la colonia cañera de Ojo de Agua, perteneciente al antiguo central Ermita, hoy Costa Rica, nacieron los hermanos Bárcenas Pier, hijos de emigrantes haitianos. El mayor de ellos, Emilio, trascendería a las páginas de la historia patria como el valiente Tanganica, uno de los combatientes más aguerridos del Ejército Rebelde, y quien en la actualidad es el símbolo del Sindicato Nacional de los Trabajadores Civiles de la Defensa (SNTCD).
Por su hermano Elmo conocimos de las miserias y vicisitudes que la familia sufrió, y de la incorporación de grandes y chicos al corte de caña, así como de los traslados de estos, cuando acababa la zafra e iniciaba el tiempo muerto, hacia la recogida de café, en la zona montañosa de Monte Ruz.
“Así transcurrió nuestra existencia —dice Elmo— hasta la repentina muerte de mi madre. Es entonces que la familia se dispersa, yo por ser el más pequeño, con seis o siete años me quedé en casa, una hermana fue a vivir con una tía nuestra y Emilio, con poco más de 16 años decidió partir del hogar materno a buscar trabajo y hacer su propia vida”.
De pronto la charla se detiene, Elmo hace una pausa involuntaria, sus ojos se pierden en los recuerdos, la voz se le entrecorta para decir: “Nunca más volví a ver con vida a mi hermano”.
Con el paso de los años Elmo y su familia conocerían de los múltiples oficios que desempeñaría Emilio para subsistir: tractorista, peón, chofer y constructor.
A finales de la década de los 40, en la zona de Buey Arriba, en la actual provincia de Granma, Emilio Bárcenas comenzó a vincularse con compañeros que difundían ideas socialistas, las que fueron formando en él una conciencia política, hasta llegar a ser miembro de la Juventud Socialista.
“Pasado un tiempo mi hermano regresó a Manzanillo, trabajó eventualmente como estibador en el puerto, peón de albañil, hasta fundar con un amigo un bar, y fue precisamente allí donde un día tuvo un altercado con unos guardias que consumían y luego no querían pagar y Emilio los echó del establecimiento. Por consejos de amigos que sabían las represalias que tomarían con él se marchó del pueblo hacia la Sierra Maestra”, continúa explicando Elmo.
Tras contactar con las tropas rebeldes, en junio de 1957 conoció y se entrevistó con Fidel. Aquel hecho cambiaría su vida para siempre. Al terminar el encuentro y con su don visionario el Comandante en Jefe expresó: “Emilo Bárcenas puede ser un gran soldado”.
El revolucionario guantanamero participó en los combates de Palma Mocha, primer ataque a Pino del Agua, Gaviro y Chapala, y está entre los que partieron de la Sierra Maestra con Raúl Castro Ruz, a fundar el Segundo Frente Oriental Frank País.
Allí se destacó en el primer ataque al cuartel de Soledad, en la fabricación de explosivos y armas. Por sus características físicas y su valor el Comandante Raúl Castro Ruz y sus compañeros de lucha lo bautizan con el seudónimo de Tanganica, en alegoría a un personaje de una aventura radiada entonces.
“Nos pusimos muy contentos al conocer de su presencia en la zona —dice Elmo emocionado—, pasado un tiempo mandó a buscarme. Pero, el 30 de julio de 1958, en el ataque al Apostadero de Custodia del Polvorín de las Minas de Ocujal, mi hermano fue abatido por varios proyectiles, y no obstante esas condiciones siguió arengando a sus compañeros a tomar el cuartel enemigo.
“Yo no llegué a tiempo para verlo con vida, pues víctima de las graves heridas murió el 9 de agosto de 1958. El entonces Comandante Raúl Castro Ruz pronunció las palabras de despedida, y fue ascendido post mórtem al grado de teniente, otorgándosele la Orden al Mérito Revolucionario Legión de Honor Frank País”.