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Elsa Ramos Ramírez, especial para Trabajadores
Río de Janeiro.— Un compás de espera se impuso para Cuba y sus pronósticos esta ciudad. Cuando se disponía cómodamente a lograr su primer título en esta XV Paralimpiada y su sexto histórico, Yunidis Castillo interrumpió su carrera de 100 metros por una lesión.
De la pista salió al hospital en busca de atención y de diagnóstico cuando le faltan aún dos pruebas. Mas esta mujer es casi un país. De su suerte pende la de Cuba, siendo como es, una de las locomotoras del medallero, hasta hoy con una lógica favorable en la dicotomía pronóstico-realidad.
La delegación ha contado con campeones esperados como Omara Durand, sumada a la lluvia de récords mundiales y paralímpicos caída aquí. Ella hizo chirriar las pistas con su 11.40 segundos de los 100 metros T-1 y este domingo las tribunas del João Havelange estallaron de nuevo al imponerse con cota paralímpica de 23.67 segundos en los 200 metros. Otro de los “oros seguros”, la judoca Dalidaivis Rodríguez (63 kilos) honró la bandera que portó en la ceremonia inaugural.
Cuba ha tenido, como todas las delegaciones, sus reyes caídos. Y no hablo del accidente de Yunidis, quien ya aportó la única plata de la comitiva en salto de longitud. Otro deshicieron pronósticos, quizás exacerbados, como el judoca Jorge Hierrezuelo o Leonardo Díaz, un doble titular paralímpico que no encontró en su disco bronceado el mismo goce de su par femenina Noralvis De la Heras, capaz de superar su marca personal , ni el de la saltadora de longitud María Luz Pérez Iser. En las piletas el subcampeón de Londres, Lorenzo Pérez, ahogó otra previsión medallista, aunque le restan pruebas para reponerse.
Consumido el tiempo del judo, que dejó insatisfacciones más allá de los bronces de Yordanis Fernández y Yangaliny Jimenez, por lo que resta al atletismo y por las tendencias del medallero, la eficiencia sigue como etiqueta de presentación con ocho medallas y entre los 20 primeros países, tras cuatro jornadas.
En lo competitivo Río de Janeiro ha sido tan monumental como sus megaconstrucciones y su regia arquitectura. En lo organizativo, no todo ha marchado con la exactitud de sus metros. Mas, mirando a la pesista Leydi Rodríguez alzarse tres kilos sobre su marca personal o a Damián López escalar sobre pedales, uno siente que vale la pena inhalar la energía de los Juegos.
