En sus planes de exterminio sistemático de la población palestina en los territorios ilegalmente ocupados, el Estado de Israel utiliza una amplia gama de criminales métodos de represión y muerte.
Uno de los últimos y diabólicos engendros de su industria de guerra es el uso de máquinas-robots, concebidas para ser desplegadas en la frontera con la Franja de Gaza, vehículos estos que pueden disparar sin autorización previa.
El falso argumento sionista de “preservar la seguridad” en zona tan volátil no oculta su verdadero objetivo de reforzar el férreo bloqueo por aire, mar y tierra, que mantiene sobre esa región palestina desde el año 2006, en el cual el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), asumió el Gobierno de Gaza.
Al respecto, un informe publicado por la cadena estadounidense Fox News, da a conocer que el ejército israelí desplegará Vehículos Terrestres no Tripulados (VTNT) autónomos, equipados con ametralladoras, en la frontera de la Franja de Gaza, lo que le proporcionará, según las autoridades de Tel Aviv, “no poner en riesgo la vida de sus soldados”.
No es este el primer equipo terrestre autónomo que usa el ejército israelí. En el año 2009 añadió a su arsenal bélico el denominado Guardium, el cual permanece vigente en su agresivo servicio.
Fuentes militares han indicado que en el futuro próximo el ejército israelí tiene planeado desplegar también estos robots en las fronteras de los territorios que ocupa en Siria, El Líbano, Jordania y Egipto.
Mientras hace más eficientes sus medios letales, Israel recrudece los ataques a Gaza y la violencia policial en la Cisjordania ocupada y Jerusalén Oriental, cebándose en jóvenes y niños, como formas de tratar de eliminar la resistencia palestina a la ocupación utilizando procedimientos inhumanos y deleznables, como los injustificados cacheos al desnudo de sospechosos y negar u ocultar sus derechos a la asistencia y defensa legal, antes de ser interrogados.
El Comité para Asuntos de los Prisioneros Palestinos (Capp) ha denunciado que es habitual la utilización por los guardias penitenciarios del régimen israelí de métodos brutales e inmorales de tortura, para aterrorizar a los menores palestinos y extraerles falsas confesiones.
Cifras aportadas por el Caap señalan que al menos 6 mil 500 palestinos se hacinan en 22 cárceles israelíes en condiciones infrahumanas, y cuya mayoría se encuentra en “detención administrativa”, eufemismo que aplica Tel Aviv para mantenerlos en prisión, ignorando la ley, y negando el derecho de los apresados a contar con un juicio.
De acuerdo con la publicación del portal Middle East Monitor, el Centro de Recursos para la Residencia Palestina y Derechos de los Refugiados, ha denunciado los horrores que se cometen en esos centros de reclusión contra los detenidos y en particular contra los discapacitados, prácticas similares a la de los nazis en sus campos de concentración durante la II Guerra Mundial.
A la par de estos actos de extrema violencia, y apoyado por su fiel aliado Estados Unidos, Israel, en su insaciable e indetenible geofagia continúa ampliando sus ilegales colonias judías en los territorios usurpados a Palestina, ante la mirada impasible del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tan alarmado, por la extensión del terrorismo en el Oriente Medio, pero sin dar pasos efectivos para poner fin al genocidio que el régimen sionista perpetra contra el pueblo palestino, al que Tel Aviv niega su derecho a la vida y a la constitución de su Estado independiente y soberano. Una nefasta política que practica desde hace 68 años.