Durante estos meses es frecuente encontrar al exceso de calor como el protagonista negativo de la cotidianidad. Con la sudoración y vasodilatación que este provoca, en ocasiones el organismo no puede controlar sus acciones de defensa y se hace más vulnerable a varios factores que atentan contra la salud. En ese contexto es recurrente el caso de la presión arterial, la cual puede afectarse en dos direcciones: alta o baja.
Trabajadores conversó con la doctora Maritza Márquez Veliz, especialista de Medicina General Integral, quien precisó que cuando las temperaturas son muy elevadas, la intensa vasodilatación produce una caída o alza de la tensión arterial y aumenta aceleradamente el pulso. Y añadió:
“Como consecuencia aparece una dificultad respiratoria junto a una sensación de mareo que puede llegar al desvanecimiento; en ese estado llegan muchas personas a nuestro policlínico. “La sudoración es otro determinante; en verano, con días húmedos, la evaporación del sudor se hace más lenta. Cuando este no es suficiente para bajar la temperatura, el cuerpo se calienta y comienzan a surgir los síntomas de fatiga, por momentos los deseos de vomitar, adormecimiento de las extremidades, entre otros indicios”.
La especialista destacó que, aunque las personas más asociadas a este tipo de episodio clínico suelen ser las adultas del grupo de la tercera edad, realmente son los niños y los obesos los más perjudicados.
¿Cuánto sabemos de la presión arterial?
Según la bibliografía médica, la presión arterial (PA) o tensión arterial (TA) es la fuerza que ejerce la sangre contra la pared de las arterias. El propósito fundamental de dicha actividad es que aporte el oxígeno y los nutrientes a todos los órganos del cuerpo para su óptimo funcionamiento.
Las variantes de la PA pueden ser hipertensión e hipotensión arterial. La primera causa un aumento de esta y es, de conjunto con el tabaquismo, uno de los riesgos cardiovasculares más importantes y modificables dentro del espectro médico. La segunda es un padecimiento más silente y se caracteriza por el descenso de la PA por debajo de los límites normales.
En Cuba las peculiaridades del clima contribuyen a que reine la hipertensión, considerada como un factor de riesgo en el origen de las dolencias del corazón, las alteraciones cerebrovasculares y la insuficiencia renal, dijo la especialista.
Según el Anuario de Estadísticas de Enfermedades del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), alrededor del 30% de los cubanos mayores de 15 años son hipertensos conocidos, y se estima que después de los 50 años casi la mitad pueda sufrirla.
Es muy común que los pacientes lleguen a la consulta y desconozcan si padecen de PA y si deben mantenerla bajo estricto control. Por lo general, atribuyen los síntomas a la fuerte carga de calor, que es importante, pero no el único determinante de los descontroles en las mediciones arteriales, argumentó la doctora.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?
Dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, sangramiento por la nariz; también pueden s urgir déficit neurológico y alteraciones visuales (candelillas) para ambos tipos de presiones, pero lo más importante es que el médico constate las cifras de presión elevada o baja.
¿Quiénes son los más perjudicados durante el verano?
Sin duda los hipertensos. Durante los meses de julio y agosto la persona hipertensa se expone a cuadros de deshidratación que la llevan a tener taquicardia o aumento de los latidos y palpitaciones, produciendo fácilmente descompensaciones desde el punto de vista cardiovascular.
La doctora explicó que cuando alguien practica deportes al aire libre puede aparecer el golpe de calor. En dicha situación la sed avisa de la pérdida de líquidos, pero en las personas mayores el mecanismo neurológico de la sed está deteriorado y no piden agua, por lo que el descontrol arterial se evidencia con mayor rapidez.
¡Atención a los medicamentos en este período! La dosis en exceso de antihipertensivos suele provocar cuadros de hipotensión aguda con sus correspondientes consecuencias. La dosificación de los vasodilatadores, betabloqueantes y diuréticos favorecen el golpe de calor, según destaca la doctora Márquez Veliz.
Y puntualizó que es primordial acudir al cuerpo de guardia de algún policlínico o al de un hospital cercano en caso de presentar síntomas que puedan relacionarse con ese padecimiento.
Los hipertensos que desconocen su dolencia se encuentran en posibilidad de desarrollar una crisis; de ahí la importancia de la vigilancia y control estricto de esta enfermedad. La principal prevención siempre estará vinculada a los cambios de estilo de vida: al consumo de vegetales y frutas, reducir la ingestión de grasas saturadas y de sal, mantener un peso adecuado, incrementar la actividad física, eliminar o disminuir a niveles no dañinos la ingestión de alcohol y no fumar.
¿Contra el calor qué se puede hacer?
Aunque algunos piensan que muy poco, usar ropa adecuada, ligera, amplia, de tejidos frescos, exponerse al sol en forma moderada y en horas permitidas, permanecer en lugares sombreados, son algunas prácticas que se pueden cumplir, para luego no tener que lamentar
Alimentos que pueden ser útiles para la regulación de la presión
- Huevo: En una investigación de la Universidad de Harvard, de Estados Unidos, se demostró que este es un alimento que ayuda a controlar la presión arterial. El huevo posee secuencias de aminoácidos en la proteína de la clara como la histidina, importante al controlar la tensión.
- Plátano: Su consumo favorece el control de la hipertensión. Es bajo en sodio y no contiene colesterol.
- Limón: La Sociedad Americana de Hipertensión recomienda mezclar el zumo con agua y consumirlo en ayunas. Si tiene gastritis, evite tomarlo sin haber comido antes.
- Ajo: Científicos de la Universidad de Adelaida, Australia, analizaron los efectos de cuatro cápsulas al día de un suplemento llamado extracto de ajo envejecido, durante 12 semanas en pacientes con hipertensión y descubrieron que reduce la presión arterial alta.
- Agua de coco: Estudios de las universidades de California y West Indian, también de Estados Unidos, coincidieron en que dicha sustancia contiene citrato de potasio, muy efectivo en el control de la presión.
- Miel de abeja: Investigadores de la Universidad de Waikato, en Nueva Zelanda, señalaron que dicho néctar tiene efectos calmantes en los vasos sanguíneos, siendo muy recomendable consumirla en ayunas todos los días.
¿Sabemos tomarnos la presión?
Tradicionalmente la medición se ha llevado a cabo mediante la utilización conjunta de un fonendoscopio y un esfigmomanómetro, aunque también se usan los tensiómetros automáticos. Para realizar su medida se recomienda que el sujeto permanezca relajado, en una habitación tranquila y con temperatura confortable. El punto habitual para ello es el brazo. La PA se expresa normalmente en milímetros de mercurio (mmHg) sobre la presión atmosférica. Una tensión arterial óptima es la que presenta menos de 120 mmHg la alta y menos de 80 la baja; normal, menos de 130 y 85; normal alta, 130-139 y 85-89. Se valora como hipertensión discreta, 140-159 con 90-99; moderada, 160-179, con 100-109; severa, 180-209 con 110-119, y muy severa 210 y más con 120 y más. | fuente: Infomed
Acerca del autor
Graduada de Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en el año 2014. Desde entonces se dedica a escribir e investigar sobre temas sociales, envejecimiento y de dinámica de población. Además es una de las redactoras principales de la página de Salud, especializándose en temas relacionados con la salud, la ciencia y tecnología. Ha asistido a varios cursos de postgrado, en el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas y en el Instituto Internacional de Periodismo; relacionados con el estudio de la sociedad cubana .