El buen camino del Valle del Yabú

El buen camino del Valle del Yabú

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Ramón, aunque reconoce que las nuevas tecnologías son mucho más eficientes, no desestima recuperar elementos de las antiguas.
Ramón, aunque reconoce que las nuevas tecnologías son mucho más eficientes, no desestima recuperar elementos de las antiguas.

 

Ubicada al norte de la ciudad de Santa Clara, provista de suelos pardos de categoría uno  y dos con contenido de carbonato, la actual  empresa agropecuaria Valle del Yabú rompe los maleficios que durante las últimas décadas cayeron sobre sus áreas al punto de colapsar su sistema de riego y la maquinaria: la falta de la fuerza de trabajo y el éxodo de la población, entre otras cuestiones. Ahora sus trabajadores apuestan por volver a cosechar más de un millón de quintales de viandas y vegetales.

Son 22 mil hectáreas dedicadas a cultivos varios y ganadería, donde se integran todas las formas productivas que funcionan en la agricultura cubana actualmente —unidades empresariales de base (UEB),  unidades de prestación de servicios,  cooperativa de producción agropecuaria (CPA), unidades básicas de  producción cooperativa (UBPC) y  cooperativas de créditos y servicios  (CCS) y productores independientes—, pero la intención es potenciar  la estatal.

Su  colectivo está inmerso en una inversión capital que ya va dando  frutos: 54 hectáreas se alistan para la siembra de malanga y plátano, en 300 se cultiva yuca, se han rescatado mil 668 hectáreas y como resultado de las mejoras tecnológicas deben cosechar este año mil 700 toneladas de alimentos por encima de lo tradicional. Ya funciona una minindustria para el procesamiento de frutos  carnosos y está próxima a ser instalada una para tachinos.

En lo social esta inversión ha logrado un impacto en distintas esferas que superan lo meramente agrícola, entre ellas la incorporación al  trabajo de un número de personas  —incluidas  mujeres—, la recuperación del manto freático y de algunos  viales, la ubicación de la sede universitaria para el tercer, cuarto y quinto  años de las carreras de Agropecuaria, Mecanización y Veterinaria de la  Universidad Central de Las Villas y  la creación de una comunidad.

Cada detalle es estudiado por un equipo multidisciplinario.
Cada detalle es estudiado por un equipo multidisciplinario.

 

Sin duda, el Valle del Yabú  toma el  buen camino de producir alimentos y materializa varios de los Lineamientos aprobados en el VI Congreso  del Partido.

El agua vuelve al Yabú

Al canal principal para el riego le llegó el agua y con ello la vida a los sembrados. El líquido corre. “Para que el Yabú  vuelva a ser lo que fue en 1969 cuando  lo fundó Arnaldo Milián Castro tenía  que retornar el agua a sus tierras”, declararon varios de sus productores fundadores; mientras Roberto Hernández,  ingeniero en riego de la entidad, lo ratificó.

“La revitalización del riego en estas áreas agrícolas es determinante.  Para el abastecimiento de estas desde  su creación fueron construidas dos presas —Arroyo Grande I y Arroyo Grande II— embalses que con siete años de  sequía no se agotan por ser aguas residuales de la ciudad de Santa Clara que  se han estudiado y pueden usarse en los  cultivos, excepto en los de vegetales de  hojas de consumo fresco.

“Han sido restituidas estaciones de bombeo, ocho y 20 kilómetros de conductoras y canales, respectivamente. Instalado motores y bombas,  la creación de una subestación eléctrica y de un taller para las maquinarias, y la preparación del personal  para prestar el servicio a las bases  productivas. Incluirá diversas formas  de riego: por goteo, aspersión semiestacionaria, máquinas eléctricas de pivot y enrolladores.

“El beneficio es múltiple pues hay un cambio de fuente energética —de diésel a electricidad—, el consumo energético es más eficaz, se optimiza el de agua y humaniza el trabajo, lo que hace más eficiente el riego”, precisó el ingeniero.

En la nueva comunidad,  concebida para  estabilizar la fuerza laboral,  viven 80 familias.
En la nueva comunidad, concebida para estabilizar la fuerza laboral, viven 80 familias.

 

Esta es la inversión principal de la agricultura villaclareña, asciende a una cifra superior a los 17 millones de pesos, y es una de las más complejas del país, pues incluye mantener el mismo sistema de infraestructura, pero con un cambio de tecnología.

Con nueva tecnología

Ramón Idalberto Medero es un obrero agrícola con casi cuatro décadas junto al surco. Confiesa que si algo sabe  es cómo regar plantas. En los años  70 fue de los que dio de beber a las  plantaciones con el “tubo al hombro”,  cambiando de lugar el regadío durante la noche y así por 24 horas incluso,  empatando los tubos, poniendo tapones, instalando hidrantes…

Sus recuerdos son casi una leyenda ante la tecnología que se emplea en el Valle del Yabú, que funciona solo con apretar un botón. “Aunque habrá que velar, nada puede descuidarse, porque a las plantas hay que darles lo que necesitan, ni mucho ni poco”, alertó.

ç“Capacitar al personal ha sido determinante para que funcione adecuadamente la tecnología,  y lograr  que se revierta la inversión lo antes  posible en alimentos para la población y el suministro al turismo como  parte importante de la sustitución de  importaciones”, puntualizó Roberto.

La comunidad

Mirelys, María Magdalena y Pedro Florentino con sus familias decidie- ron convertirse en trabajadores del Valle del Yabú y encontraron en la nueva comunidad la vivienda que esperaban.

Ellos son miembros de tres de las 80 familias que se instalaron aquí, luego de la reconversión  en viviendas de una de las  emblemáticas escuelas al campo de la zona.

De esta manera se logró un asentamiento poblacional que tuvo como  condición que dos de sus integrantes  fueran trabajadores agrícolas. Posee  tienda, consultorio, círculo infantil,  escuela primaria; aunque faltan muchos detalles, se va conformando la  comunidad como parte de un proyecto integral.

Ya funciona la minindustria para frutos carnosos.
Ya funciona la minindustria para frutos carnosos.
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Un comentario en El buen camino del Valle del Yabú

  1. que bueno mucha produccion y buena calidad para que los precios bajen un poquito, el valle del yabu tiene buena tierra, hay que explotar bien

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