Por Lianet Suárez Sánchez
“Sin la confianza y estima que tenemos respecto a nosotras mismas, no hubiera sido posible llegar hasta aquí”, dice Ramona ante las interminables preguntas de un equipo de periodistas asombrados, pues con anterioridad, esta sencilla mujer, conducía un tractor de recogida en un campo de caña del municipio Río Cauto, perteneciente a la suroriental provincia de Granma.
“Siempre quise hacer algo importante y trabajar aquí ha sido la mejor decisión”. Así continúa el diálogo Ramona Solís Solano, quien se encuentra al frente de un grupo de atrevidas mujeres, como se autodefinen, que esperan por la maquinaria asignada para conformar un pelotón de corte, el cual, llegado el momento, será el primero del país con esas características.
La iniciativa nació hace dos años, pero fue en la presente campaña de producción azucarera que tomó forma. Sus 23 integrantes están preparadas para manejar tractores y operar combinadas de corte de caña, labores que históricamente han sido desempeñadas por hombres.
“Ellas desarrollan bien su trabajo- comenta la líder – aún cuando laboran turnos de 12 horas que pueden ser diurnas o nocturnas. En estos momentos están distribuidas por diferentes lugares de la provincia hasta que seamos convocadas para asumir la maquinaria. Debo decir que en no pocas ocasiones nos valoran como algo inusual, o incorrecto, pero hemos demostrado que las mujeres podemos hacer lo que nos propongamos.
“Algo fundamental es que no perdemos nuestro ‘toque femenino’, cuidamos mucho del aspecto físico, pues el trabajo en el campo no nos lo impide, de lo cual nos sentimos muy orgullosas”.
Operando una CASE 8800 encontramos también a Iraida Rondón Sánchez de quien conocimos con anterioridad que era una de las más destacadas. Nos recibe con agrado y cierta sonrisa. Una pregunta casi indiscreta nos devuelve la respuesta instantánea.
“En cada una de nosotras hay una Celia, una Vilma, por lo que tenemos el coraje para enfrentar esta tarea la cual es ya un compromiso. A nosotras nos pagan por adiestramiento, 106 pesos quincenal; sin embargo nos hemos mantenido aquí porque nos gusta y porque tenemos plena confianza en que lograremos el pelotón y el país nos dará esa oportunidad.
“Muchas de las del grupo dejó la comodidad de la casa para sumarse a este empeño, aunque en mi caso no fue así. Mi vida laboral era en la agricultura, pero hace tres años manejé por primera vez una combinada y a partir de ahí quedé enamorada de ese equipo. En poco tiempo aprendí a operar sus 79 comandos, no obstante, en el campo cada día se aprende algo nuevo.”
Para Iraida otro de los incentivos que fue definitorio es el apoyo de sus padres y tres hijos. Ella se vinculó a las labores desde el primer día de contienda y por su alto sentido de responsabilidad, que mezcla con un carácter dulce, ha ganado el respeto de todos cuantos le conocen. Ello corrobora la valía de las mujeres cubanas y el lugar que nuestra sociedad le permite alcanzar.
Para la última pregunta sobre el nombre que pondrán al pelotón una vez conformado obtenemos otra respuesta, la cual nos deja aún más satisfechos: “Vilma Espín, sin dudas será ese”.