Luego de tres décadas como colectivo laboral, los trabajadores del Combinado Poligráfico Granma exhiben hoy con júbilo tres grandes banderas: el cumplimiento exitoso de todos sus planes productivos anuales, el proclamar que en ese período nunca la prensa dejó de llegar a los lectores y las 12 ocasiones en que resultaron vanguardias nacionales; motivos más que suficientes para el jolgorio.
¿Cuántos ciclones y apagones, temporales y otros valladares tuvieron que vencer en esos 30 años?, ¿cuántos días feriados sin feria y con mucho esfuerzo?, ¿cuánto insomnio acumulado?, ¿y qué decir de aquellos momentos del período especial en que para mantener su fuerza calificada y contribuir al financiamiento de la prensa tuvieron también que empeñarse en la fabricación de reproducciones artísticas, costura, talla en madera y barro?
A pesar de eso, las deudas pendientes se acumulan día a día con los trabajadores gráficos, pues el lector casi siempre piensa en aquel que escribió la crónica o el reportaje, el artículo o la nota informativa, pero pocas veces se detiene en el trabajador quizás anónimo de la imprenta, el gran conocedor del secreto de la tinta y la rotativa.
Hoy son poco más de 200 trabajadores —aunque por muchos años del pasado siglo superaron los 800—, una cifra nada despreciable y que constituye el ejército de hombres y mujeres que en la capital del país concluyen la labor que inicia el personal periodístico en cada órgano de prensa, llámese Trabajadores, Granma, Juventud Rebelde, Tribuna de La Habana u otros.
“Nuestro Poligráfico garantiza los periódicos nacionales y provinciales que circulan en el occidente cubano, así como las revistas de todo el país, entre ellas Bohemia, Mujeres, Muchacha, ANAP y La Calle; La Gaceta Oficial y los tabloides de Universidad para Todos, los de Cultura, Jit y otras publicaciones”, destaca Alexis Tortoló, director de la también llamada UEB Gráfica de La Habana.
“Además —agrega— tenemos un pequeño plan de producción de libretas, que este año asciende a alrededor de 200 mil, dirigidas a los estudiantes de Ciencias Médicas de La Habana. En años anteriores llegamos a producir hasta un millón de unidades”.
En los talleres pocas veces disminuyen la tensión y el nerviosismo. Si falla un eslabón, se arriesga el producto final. “Una vez que la editora nos entrega el periódico en formato digital, todo tiene que ser cronométrico hasta que el producto llega al área de impresión.
“A ello se une la obsolescencia de nuestro equipamiento, de ahí lo mucho que representan los aniristas en la historia del Poligráfico”, indicó Giraldo Ramírez, al frente del buró sindical por dos décadas.
Para ser escogidos por el Sindicato Nacional de Trabajadores de Industrias como sede del acto central mañana por el día de quienes laboran en la Industria Ligera, el colectivo superó el pasado año en casi 1,5 millones de pesos su plan de producción mercantil y alcanzaron más de 4 millones 134 mil pesos de utilidad.
“La productividad por trabajador fue de 41 mil 927 pesos y el salario medio alcanzó los 990 pesos mensuales, un 66 % por encima de lo planificado. Para este año los indicadores se mantienen en un nivel similar”, continuó Giraldo.
Saludo del Sindicato Nacional y el Ministerio de Industrias
Con motivo de la fiesta que celebran mañana, los trabajadores del Poligráfico y de toda la Industria Ligera recibieron el mensaje de aliento y compromiso de su sindicato nacional , de su ministerio y del Grupo Empresarial de ese sector, donde se ratifica el compromiso de vencer los planes productivos de este año, mucho más en un momento en que esta industria —con los resultados de eficiencia del 2015— ha iniciado una etapa de desarrollo y sostenibilidad.