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Solventar necesidades y desarrollarse pasan en cualquier país por una actividad decisiva, la construcción. Y parece que a ese sector en Cuba se le acaba el conteo. La lentitud y cadencia en cambiar estilos de trabajo y en materializar algunas tareas necesita otro ritmo. En términos musicales diría que de los pasillos acompasados del danzón se requieren movimientos más rápidos, quizás de salsa o merengue.
No es sostenible mantener niveles de ineficiencia en un entorno económico difícil, obligado a potenciar entre otras alternativas, las inversiones que aporten rápida liquidez financiera y eso implica que se edifiquen bien y rápido, las obras en las ramas identificadas como más factibles.
Este fin de semana el ingeniero René Mesa Villafaña, ministro de la Construcción (Micons), subrayó que hay que eliminar la dispersión de obras y concentrarse en las vitales y con respaldo de capital humano y de recursos materiales. En ese sentido ejemplificó con las del turismo, y como provincia a la capital.
Durante la reunión de balance del Grupo Empresarial de Construcción y Montaje, el principal del organismo por las actividades que comprende, su director general, Benedeto Travieso Gómez, recalcó que el cumplimiento de los planes físicos (obras) y de valores es lo que cuenta para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
Es necesario recordar que en el 2015, la actividad de construcción creció casi en un 12 por ciento en general, sin embargo, no logró llegar al 8 % planificado en el año, entre otras causas, por la deficiente preparación técnica de las obras, uno de los elementos esenciales en el Decreto Ley 327 que rige el proceso inversionista.
Calidad, control, planificación, productividad, organización del trabajo son imprescindibles para avanzar aunque se mantienen con problemas.
Cualesquiera que sean los motivos, “por excepción se cumplen los cronogramas pactados”, afirmó el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, quien insistió al dirigirse al plenario “se sabe lo que hay que hacer porque hay capacidad profesional y técnica pero no se hace”.
Igualmente exhortó a ser creativos, ingeniosos y buscar soluciones con los recursos de que disponemos y a convertir las excepciones en regla.
Hurgar en la llaga
Sumamente crítico fue el informe rendido en la reunión y así fueron las intervenciones, dirigidas en esencia a una reflexión: para qué perder tiempo en justificar los incumplimientos, si lo mejor es gastar neuronas y energías en lograr esas últimas indicaciones del Comandante de la Revolución.
El plan de Construcción y Montaje en el año precedente quedó un 5 % por debajo de lo concebido, al ejecutarse mil 252 millones de pesos, mientras se sobrepasó lo previsto en mantenimiento y servicios constructivos.
Además de la inobservancia del citado Decreto 327 fueron identificadas entre otras fundamentos de incumplimiento de los programas la mala calidad en la conciliación de las obras con los inversionistas, indefiniciones de estos en los proyectos a los cuales hicieron constantes cambios, problemas organizativos en las obras y falta de exigencia en los escalones de mando, fluctuación y bajo rendimiento de la fuerza de trabajo, afectaciones de recursos decisores (cemento y acero) en el primer trimestre e inoportuno aseguramiento de materiales de terminación.
Para no hablar solo de a lo que no llegaron, destacar que concluyeron en Varadero el hotel Concha 2, de 470 habitaciones, y 267 de las 356 capacidades pactadas con el Ministerio de Turismo, pues este no importó a tiempo los aseguramientos que demandaban la secuencia en las obras.
Tiempo dedicaron al tema de la edificación de viviendas, plan en el cual deciden La Habana y Santiago de Cuba, pues entre las dos acumulan la mitad de lo que debe levantar el organismo, y si una de las dos falla afecta el esquema general, que tampoco es tan grande, precisó el titular del Micons, quien subrayó que es necesaria una política coherente en la construcción de casas.
Es cierto que en Santiago de Cuba se hizo una tarea heroica por el 500 aniversario de la ciudad, pero es mucho lo que falta por hacer, puntualizó.
Abundó que cuando se habla de sistema en ese programa no se trata solo del proceso de cimentación, construcción de estructuras y terminación, sino desde antes, a partir de la concepción del proyecto de urbanización, que existan los permisos, las licencias. Porque pueden adoptarse decisiones de asignar más recursos para agilizar la obra y no están los documentos que permitan avanzar, eso tiene que estar previsto con 10 a 15 meses de anticipación, e hizo una alusión exagerada pero entendible: “de lo contrario, ni todas las brigadas de movimiento de tierra a nivel nacional alcanzarán para hacer el trabajo”.
A partir de una intervención de Idalberto Capó, director de la Empresa de Construcción y Montaje de Cienfuegos se habló de soluciones a corto y mediano plazo para suplir la falta de albañiles y otras especialidades, y crear una escuela de montadores, especialidad que gana en demanda y no se forma de ahora para ahorita, “es costosa y de los viejos no pocos se han ido para otras obras donde les pagan mejor”, explicó el funcionario.
Hubo un análisis crítico acerca de los problemas con la mecanización, la explotación y disponibilidad técnica de los equipos, porque no es solo el envejecimiento del parque, sino la necesidad de respetar lo establecido en mantenimientos y recuperación de piezas de repuesto, de tener identificadas las que más hacen falta para importarlas a tiempo.
Evidentemente un impulso grande a esa recuperación que se necesita está en trabajar por desarrollar los movimientos de talleres modelo y vanguardista de la maquinaria, en lo cual deben aunar esfuerzos las administraciones y el sindicato.
