Si en un partido de los seis que jugó Cuba en el Premier 12 era previsible una derrota —el béisbol es quizás el deporte de mayores probabilidades— ese era contra Japón o Sudcorea. Y la ronda de cuartos de final nos puso frente a los segundos y caímos 7-2, con lo cual terminó la actuación de la selección antillana, sexta finalmente en la tabla de posición.
En el partido frente a los asiáticos volvimos a ver con más acento las historias de la etapa clasificatoria: un pitcheo abridor sin consistencia —Frank Montieth no pudo pasar del segundo inning—; poca resolución ofensiva en los momentos claves; mal corrido de las bases —Osvaldo Vázquez mató un rally en el quinto tras intentar llegar a tercera con la pelota en la mano del jardinero izquierdo— y sobre todo, incompetencia profesional para una exigencia mayor a la nómina de nuestro conjunto.
El racimo de cinco anotaciones de los coreanos en el segundo episodio era la sentencia adelantada de un desafío en el que era lógico que Liván Moinello no podía salir bien —trabajó en exceso durante la lid—; en tanto Miguel Lahera aguantó demasiado a unos rivales eficientes: 13 hits, 7 carreras. ¡Y por fin vimos lanzar a Jonder Martínez y Yoalkys Cruz!, ambos bien distantes de su forma deportiva y del nivel exigido para esta confrontación.
Lejos de hacer la autopsia del equipo derrotado, vale la pena retomar algunas líneas del comentario hecho horas antes del partido. “…los asiáticos salen hoy con más opciones de victoria que nuestra selección por tener mejor pitcheo (2,51 por 3,80 promedio de carreras limpias), producir más carreras por juego (5,80 carreras por 3,60), dominar el ABC sin errores a la hora de tomar señas o cambiar jugadores, y contar con más profesionalidad y disciplina táctica sobre el terreno”.
Nos pueden faltar líneas para describir o analizar lo sucedido en Taichung, pero la verdad es una sola. Nuestro equipo no bateó lo necesario, naufragaron cuatro de los seis abridores y se tomaron decisiones nada felices por parte de la dirección en cuanto a la táctica de juego. En esas y otras ideas se resume el balance de tres victorias e igual cantidad de derrotas. Cualquier otra arista complementaria resulta también válida, pero lo vivido por estos días, con mucho dolor, es hoy el nivel que tiene el béisbol cubano, con más o menos suerte.
Tampoco sería justo dejar de reconocer a quienes lucieron mejor: Stayler Hernández, el mayor de los Gurriel (Yunieski), Alexander Malleta, Yosvani Alarcón y al mencionado Moinello. Muchas veces se ha reiterado y todavía nos cuesta trabajo comprenderlo: si nos faltan herramientas para vencer al contrario, reconozcamos que fueron mejores y que retrocedemos no por falta de talento o malos entrenadores, sino por desatender la profesionalidad con que se juega el béisbol en el mundo.
Solo un ejemplo más del propio torneo lo corrobora. México, escuadra hasta última hora dubitativa en asistir, derrotó 4-3 en cuartos de final a la invicta Canadá y se coló entre los cuatro primeros. ¿Golpe de suerte? Puede ser. Como también lo es que esos peloteros, incluso de cuarta o quinta categoría, cuando salen al terreno cumplen al pie de la letra, con disciplina, concentración y férreo guión técnico lo que se debe hacer en cada momento.
En el resto de los partidos de cuartos de final no hubo grandes sorpresas, a pesar de que la semifinal acogerá solo equipos del apartado B, pues Japón dispuso 9-3 de Puerto Rico; y Estados Unidos derrotó 6-1 a Holanda.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.
Ojalá nombren a un Director QUE SEA EDUCADO CON SUS JUGADORES, PARECE VICTOR un capataz, ningún Director da miedo como ese señor, por eso el equipo baja su ánimo, ya hay que darle SU BAJA pues daña al beisbol.
Chirrín chirrán. Cayó el telón y nos aplastó. A reflexionar y actuar. Para la próxima tenemos que coger la copa.
Concentrado y excelente de este documentado y joven periodista que tiene criterio propio fundamentado en el más estricto estudio y análisis de los temas que aborda en sus comentarios.