Buena parte de la extraordinaria obra creativa de Alicia Alonso tuvo (y tiene) como sede el Gran Teatro de La Habana. Allí bailó los grandes clásicos, estrenó obras, impartió clases magistrales. Sin contar el hecho de que por varios años, la bailarina dirigió ese significativo coliseo cubano.
Por todas esas razones, el Consejo de Estado de la República de Cuba acordó, con carácter excepcional y en reconocimiento a los aportes de Alicia Alonso a la cultura cubana y universal, su amor a la Patria y fidelidad a la Revolución cubana, denominar el actual Gran Teatro de La Habana como Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
El teatro está siendo objeto desde hace algunos años de una ambiciosa reparación general, que debe concluir este año. En el vestíbulo de la institución se colocará una escultura de Alicia.
La sala principal del recinto conservará el nombre de Federico García Lorca.
En el Acuerdo, el Consejo de Estado destacó la larga trayectoria de Alicia como fundadora y directora del Ballet Nacional de Cuba, la decisiva contribución a la creación de la Escuela Cubana de Ballet, su extraordinario prestigio nacional e internacional, los aportes significativos a la danza cubana y mundial, así como la incansable labor para llevar esta manifestación del arte a todo nuestro pueblo.