Erika se degradó en los mares del sur cubano y no deparó las precipitaciones que los tuneros esperábamos para mitigar los efectos de la intensa sequía que azota a esta región oriental.
Aunque las secuelas de este déficit de precipitaciones se perciben en diferentes esferas del desarrollo económico y social del territorio, la Acuicultura es, quizás, una de las más golpeadas.
“Hoy sufrimos serias afectaciones por la carencia de agua en los embalses. Aquí la sequía comenzó desde el segundo semestre del 2013, y se ha recrudecido este año”, refiere el biólogo Juan Velázquez Ricardo, jefe de Área de Operaciones Pesqueras en la UEB Pescatun.
“Por esa razón, explica, ha sido imposible cultivar nueve millones de alevines incluidos en el plan de este año, los que debían traducirse en unas 900 toneladas de pescado comprometidas con la entrega a la industria y su comercialización en el 2016”.
Confirma el directivo que la estación de alevinaje Gramal no dispone de agua en sus estanques, porque la presa del mismo nombre que la abastece solo tiene el 7 % de los 28 millones de metros cúbicos que puede almacenar, “está, hace tiempo, por debajo del nivel óptimo para garantizar sus entregas. Tuvimos que trasladar para la provincia de Holguín 390 mil de esos animales”.
Mirando al Sur
La zona de pesca de Manatí, en el norte, donde se obtiene cerca del 50 % de la producción total de la Unidad Empresarial de Base, es tradicionalmente la más afectada, por eso los acuicultores tuneros miran al sur como alternativa futura.
“Después de analizar el comportamiento histórico, estamos convencidos de que la presa Las Mercedes, en el sureño municipio de Colombia, puede ser la base de la recuperación. En ese territorio las lluvias han favorecido sus embalses y hay un mejor comportamiento en la producción de alevines”, asegura Velázquez Ricardo.
El también Máster en Ciencias Biológicas habla con optimismo de inversiones, no tan costosas, que permitirían transformar la situación en beneficio de estas producciones y de la economía del país.
“Hemos preparado un proyecto para poder utilizar ese centro de alevinaje, el que requiere la reparación de 70 metros de tuberías PAD o PBC de abasto de 10 pulgadas, que haría posible recuperar 10 hectáreas de estanques; el mejoramiento de seis kilómetros del vial que comunica al centro con el embalse fundamental y la construcción de un campamento con capacidad para 24 trabajadores para realizar bastiones pesqueros”, resume Juan Velázquez Ricardo.
A todas luces, la difícil situación actual estimula la búsqueda de soluciones y en el sur parece estar el paliativo.