Según lo que viene sucediendo con los organopónicos en Holguín estas formas productivas parecen estar en un ocaso, a pesar de que son fundamentales en el empeño de suministrar vegetales frescos a los más de 300 mil habitantes de la ciudad.
Aquejados por numerosas dificultades, que van desde las adversas condiciones climáticas hasta la falta de fuerza de trabajo, de materia orgánica y simientes; muchos presentan problemas productivos y algunos hasta han desaparecido.
El del Pediátrico, denominado así por su proximidad con este hospital, presentaba una crítica situación productiva; el grueso de los canteros enyerbados y pocos trabajadores, por lo cual en mayo último dejó de cultivarse y en agosto fue desactivado.
En el momento de la recogida de los medios contactamos con Norma Aguilera, administradora, quien afirmó que estuvieron trabajando hasta que la mandaron a parar, porque el terreno fue asignado al fondo habitacional y proyectan construir instalaciones para organismos de justicia en el 2016.
“Nosotros, aseguró, estábamos laborando fuerte en la recuperación de los canteros, una tarea nada fácil, porque son muchos y se encontraban enyerbados, pero habíamos avanzado bastante cuando de repente llegó la orden de cerrar”.
No menos apremiante es el panorama productivo del organopónico de la Uneca, antigua empresa constructora. En el 2014 se decidió dedicarlo al cultivo de flores, en busca de mejores dividendos, pero aunque la idea floreció inicialmente, decayó después.
Actualmente no cuenta con fuerza de trabajo y las malas hierbas crecen a sus anchas en detrimento de azucenas, gladiolos y otras flores, que no disponen del espacio ni de los nutrientes requeridos para su desarrollo.
En este lugar solo permanecía el administrador Yosvani Cruz Oliva, quien a duras penas se ocupaba de la atención a los canteros en mejores situaciones y el cuidado de la instalación.
“Aquí, enfatizó, no crean condiciones, ni te dan un machete o par de botas para trabajar y el sueldo básico es muy poco, apenas 225 pesos, y para llegar a obtener ganancias hay que trabajar mucho, la gente no aguanta, hacen el contrato y se van al poco tiempo”.
Pero la amenaza de desaparecer también pende sobre unidades con buenos resultados productivos, como es el caso de la ubicada en Vista Alegre, que tiene 197 canteros semiprotegidos y ostenta la triple corona de la agricultura urbana.
Según su administradora Maura Teresa Zaldívar, funcionarios estatales han ido dos veces a medir el terreno que ocupan y se asignó por las entidades correspondientes para iniciar la construcción de viviendas en un futuro próximo.
Otro tanto le sucede al organopónico Manuel Fajardo, uno de los que no ha decaído, cuya existencia peligra, según refirió la administradora Madelaine Martínez, por el paso de una cercana avenida, cuya ejecución ya se inició.
De los 25 con que contaba la granja urbana de Holguín, solo quedan 18 dedicados al cultivo de vegetales, pues también han dejado de hacerlo los de Villanueva, El Bosque, el de la base aérea, la comunidad Hermanos Aguilera y las Tres Lucías.
Por tal motivo no se cumple el plan de producción de hortalizas frescas, situación que se ha agravado en los últimos meses por las adversas condiciones climatológicas y escasez de agua.
Florentino Gómez Pérez, director de la Empresa Agropecuaria de Holguín, a la cual pertenece la granja, dijo que ante el decrecimiento experimentado, se impone mejorar la eficiencia de las unidades en explotación para aumentar los rendimientos.
“Para ello, puntualizó, es necesario completar la fuerza laboral, pues tenemos un déficit de 75 trabajadores en las plantillas de estas unidades, incrementar los niveles de siembra, mantener los canteros sembrados y limpios y mejorar la atención en sentido general”.
Más allá de este propósito, la realidad indica que el panorama actual y perspectivo de los organopónicos holguineros demanda un análisis integral, no solo por parte del Ministerio de la Agricultura, sino también de otras autoridades involucradas en la toma de decisiones.
A la hora de decidir sobre el futuro de cualquier unidad de este tipo se deben tener en cuenta todos los pros y los contras, las posibles alternativas y, sobre todo, la importancia de conservar los niveles de producción de vegetales frescos para la población.