Gota a gota no solo el agua se agota, también la paciencia. Esta es la tesis que valida la doctora Vilma Arias Pérez, residente en el edificio número uno, apartamento uno, en el reparto Deportivo, de la ciudad de Las Tunas.
En misiva enviada a esta sección, “después de múltiples e infructuosas gestiones”, refiere que recibió esa vivienda como premio al cumplimiento de misión internacionalista en la República Bolivariana de Venezuela, donde formó parte del primer grupo de médicos cubanos iniciadores del programa Barrio Adentro.
Hace cuatro años la habita junto a su familia y desde entonces sufre el impacto de la pésima calidad en la terminación: “… las filtraciones ocurren de manera permanente y proceden de tres apartamentos: sale agua por las instalaciones eléctricas con el consiguiente riesgo de accidente y también cae en el baño, un cuarto, la terraza y los pasillos…”
Señala que son aguas negras provenientes de alguna tubería mal colocada y han intentado arreglarla con plomeros particulares, pero no fructifica el intento, porque habría que romper los pisos y posiblemente las tuberías sanitarias.
Cuando llueve, la molestia se agudiza, pues esa agua penetra por ventanas, uniones de los paneles y las esquinas de los cuartos, debido a errores constructivos.
Vilma expone que desde el primer momento plantearon esa situación
-perjudica a otras tres familias de esa misma torre del edificio- a los directivos del Ministerio de la Construcción en el territorio, quienes “dijeron que nos mudáramos y en la marcha se resolvería…”
Y como constancia del añejo inconveniente, en su poder obra una carta-respuesta de la Dirección Provincial de la Vivienda que reconoce: “En las investigaciones realizadas se pudo constatar la veracidad del planteamiento que no solo la afecta a usted, sino a todos los moradores del edificio, existiendo problemas constructivos de todo tipo, ya que aunque esta es una construcción nueva no se le dio un correcto acabado”.
El documento agrega que, a fin de esclarecer el caso, en el proceso fueron entrevistados varios funcionarios del Micons y de la Unidad Provincial Inversionista de la Vivienda, y el director de esta última manifestó que “el edificio está incluido en el plan de rehabilitación integral de este año…”
Con esta última frase parecería que todo se resolvería. Lo doloroso es que esa comunicación tiene fecha 29 de mayo del 2012 y la citada intervención “solo incluyó la pintura del edificio”, explica la lectora.