Para Camagüey la zafra azucarera terminó y por tercera ocasión, los agricultores incumplieron. Esta vez las operaciones de 2014- 2015 llegaron hasta un 90 % de lo planificado, y ni siquiera el reacomodo que trazó la empresa azucarera en la provincia durante la fase final, tomando en cuenta la cantidad de caña que se envió a ingenios de Ciego de Ávila, permitió que se ganara el tiempo perdido.
Es cierto que lo pactado superó en más de un 10 % las cifras históricas, pero, ¿hasta qué punto los centrales y sus trabajadores estaban preparados para enfrentarse a esta nueva demanda? Son tiempos para producir y no perder; y las más de 18 mil toneladas que dejaron de elaborarse impidieron la entrada al país, por concepto de exportación, de más de 5 millones de dólares, dinero muy necesario.
Si el clima para el corte y el tiro se comportó de forma favorable, ¿cuál fue la principal razón del incumplimiento?
Aunque parezca extraño, las razones tampoco estuvieron vinculadas a la clásica falta de materia prima, por esta vez el problema radicó en el insuficiente desempeño de los medios de corte y en algunos problemas con ingenios como Batalla de Las Guásimas y Argentina.
Quizás es momento de velar mejor la preparación de la contienda, alistar de forma óptima los centrales y pensar en motivar mejor a sus obreros, quienes, al final, decidirán el éxito.
Por suerte, no todo fueron desgracias y entidades como el Brasil, que tras una compleja reparación se incorporó a la contienda luego de varios años detenido, sobresalieron no solo por cumplir sus números, sino además por el trabajo del colectivo que supo imponerse a los contratiempos para avanzar en la producción de crudo.
En diciembre próximo, otra vez, pitarán los centrales y comenzará una nueva página de la historia de la producción azucarera, otra vez aflorarán dificultades, pero es necesario que cuando esta concluya lo haga con mejores números.