El hecho de someter a debate público la situación que presenta la producción de pan en Holguín y en particular su calidad, constituye una positiva iniciativa de la dirección del Partido y del Gobierno en el empeño de dar respuesta a las deficiencias afrontadas.
Es verdad que se trata de un viejo problema, de los considerados históricos en las asambleas de rendición de cuentas del Poder Popular, pero que nunca se había tratado de forma tan democrática y abarcadora, ni con tal profundidad.
En total se efectuaron 131 encuentros a nivel de consejos populares, lo más próximo posible a las panaderías para, en diálogo abierto entre productores y más de 10 mil consumidores, analizar las violaciones e indisciplinas cometidas.
Los 964 planteamientos realizados en torno a la calidad del pan y otros alimentos confirman que buena parte de las dificultades responden a razones subjetivas, cuya solución depende de la voluntad del hombre y, en especial, del amor con que se trabaje.
Con el objetivo de aunar criterios y encontrar variantes de posible aplicación, fueron convocados representantes de las empresas Productora de Alimentos y Cubana del Pan, Comercio y Gastronomía, así como de las organizaciones políticas y de masas.
Se trata de un fenómeno complejo, en el que intervienen muchos factores y personas, que no se resolverá de la noche a la mañana, como bien apuntó Jorge Cuevas Ramos, primer secretario del Partido en la provincia.
Tras resaltar la importancia de socializar estas discusiones y ponerlas en manos del verdadero dueño, que es el pueblo, una manifestación práctica de la democracia socialista, apeló a la vergüenza de los trabajadores para rescatar el orden y la disciplina.
En este encuentro, que se realizó como parte del proceso de gestión partidista en el enfrentamiento a las indisciplinas sociales y las ilegalidades, quedó claro que con la misma materia prima unas unidades hacen mejor pan y otras peor.
Esto se debe al cumplimiento o no de la formulación correcta y las normas técnicas de elaboración, de modo que no se violen los pasos establecidos en cuanto al amasado, conformación de las bolas, comprobación del peso, adecuada manipulación y tiempo de horneado.
Impacto inicial
Aún cuando el problema de la calidad del pan no está resuelto, el hecho de someterlo a la consideración popular ha tenido un impacto favorable en la población, de acuerdo con las encuestas realizadas por el equipo provincial de estudios sociopolíticos.
En sentido general el pan está saliendo con el peso requerido y mejor cocinado, debido al incremento de la exigencia y control en las unidades productoras, como bien reconoció José Francisco Estévez, director de la Empresa Provincial Productora de Alimentos.
Dio a conocer que desde el inicio de esta ofensiva los directivos, especialistas y técnicos de la empresa y las unidades básicas de producción han efectuado más de 300 visitas sorpresivas a las 128 panaderías existentes en el territorio.
Conjuntamente la entidad se trazó un plan de medidas encaminadas a mejorar la organización del proceso de producción y comercialización, y la situación higiénica y material de las unidades, así como a elevar la capacitación mediante la revaluación y recalificación del personal.
Confirmó que como resultado del incremento de la vigilancia y disciplina se han aplicado 73 medidas disciplinarias de distinta índole, que van desde una simple amonestación hasta descuentos salariales, cambio de labor o propuestas de separación definitiva.
A esta batalla también se ha sumado el Sindicato de la Industria Alimentaria y la Pesca con la realización de activos de calidad, revitalización de los comités de calidad y la labor educativa y profiláctica, según manifestó Reinero Rojas, secretario general en la provincia.
En el caso del pan que se vende de forma liberada y a precios diferenciados, cuya producción y comercialización corre a cargo de la Empresa Cubana del Pan, el mayor problema radica en la poca disponibilidad y variedad del producto y en el acaparamiento por parte de los revendedores.
Para contrarrestar esta situación, la unidad básica de Holguín ha incrementado sus producciones y sobrecumple el plan del año de forma acumulada, pero aún resulta insuficiente, reconoció su director, Miguel Fernández Sarabia.
Esta entidad también acomete un grupo de acciones para lograr mayor orden, disciplina y exigencia, con medidas como producir nuevas variedades de pan y de mayor calidad, reordenar la venta a los cuentapropistas y fiscalizar todo el proceso de producción y venta, lo cual implicó la aplicación de 30 medidas disciplinarias.
Se trata de una larga batalla, en la que aún quedan muchas deficiencias por resolver y no se podrá bajar la guardia ni un instante para tratar de lograr la plena y permanente satisfacción de los consumidores, justa y vieja aspiración popular.