Puede afirmarse, sin lugar a dudas, que en cualquier esfera de la economía está presente la huella creadora de los integrantes de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir); sin embargo, en no pocas ocasiones afloran cuestiones que limitan y hasta impiden una mayor intervención de tan valiosa fuerza en la solución de disímiles problemas de la producción y los servicios.
Las insuficiencias de naturaleza subjetiva son las que más dificultan el desempeño de quienes realizan ciencia e innovación tecnológica desde las filas aniristas.
La planificación del trabajo, el establecimiento de prioridades hacia los sectores primarios de la economía y la vinculación entre los cuadros de la Anir con sus sindicatos a todas las instancias, en particular, en los municipios, revisten hoy total relevancia.
Sobre este último aspecto, no es ocioso reiterar que los comités de innovadores y racionalizadores forman parte de la sección o el buró sindical. Se trata, en síntesis, de una unión indisoluble
También es preciso fortalecer la integración con el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, (CITMA), las Brigadas Técnicas Juveniles y el Movimiento del Fórum de Ciencia y Técnica.
En algunos lugares se interpone como valladar el hecho de que hay administraciones que todavía incumplen la Ley 38. Para nadie es un secreto que cuando se viola lo establecido ese trabajador que puso su know how, dedicó sus energías y tiempo a la solución de un problema se desmotiva y deja de aportar todo lo que puede a lo cual se suma la falta de reconocimiento y estimulación oportuna a los asociados.
En una organización como la Anir resulta clave el valor de la demostración a través de sus aportes que le otorga autoridad, la cual pasa por el funcionamiento orgánico de las estructuras en la base junto con la selección adecuada de sus cuadros.
Las asambleas de afiliados, como lugar de análisis y discusión, la participación en los consejos de dirección administrativos y los convenios colectivos de trabajo son y seguirán siendo espacios, que no deben pasar por alto a la hora de planificar, exigir y enarbolar el apoyo que le corresponde a la actividad innovadora.
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.