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A pesar de su jubilación y a los 73 años de edad, a José Ramón Campaña Tejeda no le gusta estar al margen de las batallas que libra el pueblo por mantener las conquistas de la Revolución y el socialismo en Cuba.
Hoy acudió temprano a las urnas del colegio electoral No. 4, de la circunscripción 22, en el reparto Velázquez, en la ciudad de Las Tunas, “pero antes ayudé a organizar el Registro Electoral, en la zona del CDR, y el domingo apoyé la prueba dinámica’’, uno de los mil 289 que abrieron sus puertas en la provincia.
Su actitud tiene antecedentes y argumentos irrefutables: “Votar es un deber de todo revolucionario, una forma de demostrar que estamos identificados con nuestro sistema socialista. Este acto democrático es el Girón de hoy, nuestra trinchera para defender la obra de la Revolución’’.
Campaña Tejeda estuvo a punto de perder la vida casi en los albores del triunfo: “El gobierno de Batista había orquestado unas falsas elecciones programadas para el 3 de noviembre de 1958, y el Ejército Rebelde enfrentó, en la zona de Holguín, a guardias de la tiranía que apoyaban la farsa, en el combate cayeron 31 de los militares, enemigos del pueblo y de la nación.
“Entonces trajeron para Chaparra —poblado cabecera del actual municipio de Jesús Menéndez—, a 16 de los muertos para darles sepultura en el cementerio local, y a las cinco de la mañana me sacaron de la casa, a mí y a otros 18 compañeros. Nos llevaron presos al cementerio, a enterrar a los guardias batistianos con la promesa de fusilarnos en la tarde. El pueblo de Chaparra se volcó a las calles, fue hasta el cementerio e impidió se consumara el crimen’’.
Esas son vivencias que nutren la voluntad de Campaña, activista destacado del Sindicato de Hotelería y Turismo, sector del que procede, y que lo catapultaron al ruedo de la Revolución. “Abrazo a la Revolución por la justicia que defiende, porque acabó con los abusos’’ y en su trayectoria futura sobresale el compromiso: “Me incorporé a las Milicias Nacionales Revolucionarias desde su fundación. Estuve atrincherado cuando la Crisis de Octubre. Combatí a los bandidos. Ahora las trincheras son otras y mientras tenga fuerzas ocuparé mi lugar’’.
Los beneficios de la obra de la Revolución son de todos: “Con el triunfo la familia cubana se liberó de esas amenazas que abundaban, de los abusos de militares y policías, y a se abrieron nuevos horizontes. Esos los tenemos que defender en las urnas, en las fábricas, las escuelas… Hoy y siempre’’.
