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Casi cuatro décadas atrás, Carilda Oliver Labra afirmaba, de manera categórica, que Nancy Morejón “adjetiva inesperadamente, hay intensidad y ternura, vive un amasijo de secretos telúricos que el final sella perfectamente… La poetisa ha vencido el derroche, se ha quedado, apenas sin escogerlas, con las únicas palabras eficaces, en trance de pureza…”
Intensidad, ternura, pureza. He aquí tres rasgos esenciales que caracterizan —y marcan— los versos que el poeta y editor Alfredo Zaldívar ha reunido ahora en el volumen titulado Cantares. Cien poemas de Nancy Morejón (Ediciones Matanzas, Colección Los Molinos, 2014, 224 pp.).
El propósito de esta selección es presentar un acercamiento a una obra lírica de imprescindible referencia en el panorama de las letras cubanas de entre siglos. Obra que ha logrado construirse a través de un íntimo y personal discurso, de impecable factura y signado por el reflejo de un vasto, rico e insospechado mundo interior.
En Cantares… es posible, por ello, encontrar poemas antológicos —no solo en la bibliografía de la autora, sino también en el contexto de la poesía insular contemporánea—, como Madre, lúcido tributo al amor filial; Cotorra que atraviesa Manrique, fidedigno retrato de identidad, y Mujer negra, desgarrador y hermoso canto de reafirmación humana.
Son varios, también, los poemas inéditos incluidos en estas páginas, que le otorgan al cuaderno, en su conjunto, una especial relevancia. Uno de esos textos es Ave y el viento, perteneciente a la sección de poemas gallegos del volumen, nunca antes publicada:
Un ave y el viento pasan
sobre la cruz de una iglesia
y sobre la torre parda
de una mueca.
Ulula el viento sin fin
sobre los puentes y un río
mientras la tarde tirita
de frío.
Un ave cubre los puentes
en su vuelo seco y largo
los ojos y los cantares
y el canario.
A manera de apéndice, Cantares… recopila casi una veintena de valoraciones sobre la obra de la escritora —firmadas, entre otros, por Efraín Huerta, Mario Benedetti, Alice Walker y Georgina Herrera—, así como poemas que le han dedicado, a lo largo del tiempo, Nicolás Guillén, Roberto Fernández Retamar, Miguel Barnet, César López y Lina de Feria.
Poeta, ensayista, traductora, miembro de la Academia Cubana de la Lengua —electa como su directora en el año 2012—, Nancy Morejón (La Habana, 1944) ha sido reconocida, entre otros galardones, con el Premio Nacional de Literatura 2001, la Corona de Oro de Macedonia 2006, el Premio Rafael Alberti 2007 y el Premio Lasa 2012.
Autora de una sólida y significativa obra, en verso y en prosa, en su bibliografía aparecen, entre otros libros, los poemarios Richard trajo su flauta y otros argumentos (1967), Octubre imprescindible (1982) y La Quinta de los Molinos (2000); así como los cuadernos de ensayos Nación y mestizaje en Nicolás Guillén (1982) y Fundación de la imagen (1988).
Cantares. Cien poemas de Nancy Morejón, que ha sido preparado para celebrar el aniversario 70 de la autora, es un libro que, a la vez, marca el ayer y anuncia el mañana. Porque su lectura no solo permite revisitar varias décadas de ejercicio lírico, sino también posibilita imaginar, prever, intuir, el rumbo de la poesía que Nancy Morejón entregará a sus lectores en el tiempo por venir.
