La actual zafra azucarera tiene mucho mejor ritmo y aseguramientos que la anterior, aunque las insuficiencias en algunos centrales y de las fuerzas del corte, alza y tiro en lugares muy específicos provocaron atrasos en la producción de azúcar, que pueden recuperarse si se optimizan las operaciones en el mes de marzo. La clave está en cumplir la norma diaria de molida.
Y eso es factible. Lo demuestran las provincias de Ciego de Ávila, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Holguín y Guantánamo, que con los mismos recursos y condiciones climáticas que el resto de los territorios, muelen lo planificado y hacen aportes extras al plan nacional; no obstante, estos no alcanzan para evitar el incumplimiento del 7 % que se acumula en la contienda.
La norma potencial se aprovecha al 68,4 %, lo que ha provocado moler solo el 91 % de la caña planificada, que con rendimientos de 10,09 (superan en 3,4 % lo previsto) salva la honrilla de los cañeros.
Directivos del grupo empresarial Azcuba aseguran que los problemas de la zafra se deben a fallas en la cadena de dirección, organización, disciplina, aprovechamiento de los recursos y de la fuerza de trabajo. Aplicando estrategias locales se puede lograr eficiencia en todas las actividades de la zafra y revertir situaciones críticas en algunos ingenios, como es el caso del René Fraga y el Manuel Fajardo, que hicieron una zafra crítica en la campaña pasada, corrigieron las insuficiencias y hoy producen establemente.
Hasta el momento, los problemas principales se concentran en la caña dejada de moler (un 10 %) por el tiempo industrial perdido y las deficiencias de la cosecha y el transporte. Por roturas e interrupciones operativas ponen la nota más alta los centrales Mario Muñoz, Grito de Yara, Héctor Molina, Antonio Guiteras, Jesús Rabí, Amancio Rodríguez y Brasil, que acumulan el 70 % de lo dejado de producir.
La cosecha manual falla por tiempo perdido, baja productividad, falta de incorporación de los hombres, indisciplina y desorganización en Harlem, 30 de Noviembre, Batalla de las Guásimas, Grito de Yara, Bartolomé Masó y América Libre; en los tres primeros también es insuficiente el corte mecanizado, pero se agregan el Loynaz Echeverría, Perucho Figueredo, Argentina y Abel Santamaría.
Los dos iniciales de la lista anterior cargan, además, problemas en el transporte de la caña, a lo cual se suman el López Peña, Julio Antonio Mella y Fernando de Dios.
Como es evidente la cosecha es crítica en Artemisa: muele al 59 %, el índice más bajo del país; la provincia que más azúcar debe al plan es Las Tunas, por su alto potencial productivo; y están dando mucho que hacer los industriales de Mayabeque y Matanzas, mientras en Granma se combinan ambos.
Urge explotar al máximo los camiones de nueva tecnología y las 145 combinadas Case que hay en los cañaverales, las cuales pueden cortar hasta 800 toneladas de caña en 16 horas diarias de labor, lo que se contradice con que actualmente hay algunas que derriban solo 200 t al día.
Esta zafra, indiscutiblemente, tomará algunos días de mayo; de cuanto se logre hacer, de la eficiencia y aprovechamiento de cada recurso dependerá que sean más o menos días; no se puede esperar a abril para recuperar los atrasos, porque el adelanto de la primavera pudiera complicar la contienda; por tanto, marzo decide.