Por: Leyva Creagh*
Es un hecho indiscutible que nuestro país necesita de la participación del colectivo laboral como parte de una filosofía y concepción más amplia de la participación real de los trabajadores para implementar los cambios en la economía cubana. El problema adquiere rasgos inéditos, porque los viejos retos ahora tienen nuevas connotaciones en un entorno diferente, donde las organizaciones sindicales y la CTC deben ponerse a tono con lo que se ha dado en llamar “actualización del modelo económico y social”.
El tiempo transcurrido y el ritmo de estos cambios han dibujado un escenario en el que se visualizan contradicciones y desafíos para el movimiento sindical marcado por el XX Congreso de la CTC, donde el proceso preparatorio sirvió para identificar carencias y elaborar propuestas que permitan elevar el papel social de los sindicatos. Una de las líneas que lo distinguen en las actuales condiciones es el liderazgo, que implica ser más protagonistas en las políticas y las acciones.
El sindicato debe ejercer un rol rector y activo, facilitador y potenciador, lo que permitirá promover desde el colectivo laboral una participación consciente, creativa y sistemática de los trabajadores que incida en la toma de decisiones propias, en las definiciones de estrategias de desarrollo, así como en la responsabilidad y compromiso con sus entidades.
En tal sentido, para implementar el objetivo No. 16 del XX Congreso, que ratifica al centro de trabajo como escenario principal de nuestra actuación para la prevención y enfrentamiento al delito, la corrupción y las ilegalidades, las drogas, las indisciplinas sociales, convirtiéndolo en baluarte ideológico de la Revolución, se debe promover un cambio en la concepción de los sindicatos, lo que implica retomar conceptos planteados en otra coyuntura histórica pero que mantienen total vigencia, como es el control obrero. Ese concepto leninista, entendido como control popular puede tenerse en cuenta para la proyección sindical.
Implementarlo permitirá el empoderamiento de los trabajadores, elemento importante para la democratización de los sindicatos, pero además se experimentarían nuevas capacidades y acciones participativas, se fortalecería el poder efectivo de los colectivos laborales en la toma de decisiones en la producción, la distribución de los recursos, formas de estimulación, control, educación, enfrentamiento a las ilegalidades, a la corrupción y al burocratismo.
Hoy está ampliamente reconocido que la participación de los trabajadores en los procesos de toma de decisiones y en un mayor control por parte de estos sobre su propia labor, son soluciones necesarias, aunque no suficientes, para intentar resolver los problemas actuales, algunos de ellos enormemente complejos.
Sin embargo, como se ha podido constatar, la concreción en la realidad de la idea participativa ha sido endeble y limitada, lo que implica un replanteo de su comprensión.
Para el Che, la participación era en el sentido del pueblo como controlador y decisor, y refiere “(…) los obreros, el pueblo en general, decidirán sobre los grandes problemas del país (…) y en las localidades, decidirán sobre los problemas concretos”1. Es decir, los trabajadores como sujetos capaces de participar, decidir, a partir de sus propias potencialidades, con el objetivo de crear la nueva socialidad.
Se trata entonces de reflexionar sobre el lugar de los individuos como sujetos de cambio en las actuales condiciones, por el papel activo y transformador que se les otorga a los sujetos socializadores en el devenir, de acuerdo con sus intereses, deseos y sentidos de vida; de modo tal que a través de los sindicatos los trabajadores participen de conjunto con la administración en un grupo de tareas, de cuyo cumplimiento devendrá la satisfacción de sus necesidades económicas y espirituales.
1 Ernesto Guevara de la Serna: Apuntes críticos a la Economía Política. Ciencias Sociales. La Habana, 2006, p.183.
* Investigadora del Instituto de Filosofía
Concuerdo con lo planteado en este articulo y es verdad que son soluciones necesarias, aunque no suficientes, para intentar resolver los problemas actuales.
Primera vez que veo un articulo en la prensa cubana con ese tema, quisiera estar equivocado.
El empoderamiento real de los trabajadores debe ser REAL, aunque es un tema que prácticamente nadie habla.
Resulta que una gran parte de los trabajadores no se sienten dueños de nada y hay un gran grupo que solo habla de derechos y nada de deberes, nuevas capacidades y acciones participativas de los trabajadores pueden ayudar. Considero que esta idea no le gusta a algunos pero siempre bajo la dirección de nuestro partido podemos lograr mucho y no nos pasará como en la antigua URSS, es por ello, como dice el autor de este articulo, que la concreción en la realidad de la idea participativa ha sido endeble y limitada.
Seria bueno propiciar un debate sobre este tema.
Ah… el pensamiento económico del Ché tiene una vigencia del cará.
Abrazos a todos.