Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, aseguró en La Habana que Estados Unidos mantiene “profundas diferencias” con el gobierno cubano, pero tales discrepancias no tienen por qué representar un obstáculo en las conversaciones que ambos países han iniciado para restablecer relaciones diplomáticas y reabrir sus respectivas embajadas.
En conferencia de prensa en la residencia del Jefe de la Oficina de Intereses de Washington en La Habana, la alta funcionaria reconoció que su país solo cambió de “táctica” al anunciar nuevas medidas el pasado 17 de diciembre, pero estratégicamente el objetivo es impulsar un cambio de modelo en Cuba que se parezca más al de Estados Unidos.
“Queremos superar 50 años de dificultades de aislamiento de los dos países, de los dos pueblos, pero el fin de ese proceso es el mismo que antes, pero la táctica tiene que cambiar”, reconoció Jacobson, la diplomática de mayor rango en viajar a Cuba desde hace 38 años.
Dijo también que el objetivo de su gobierno es “empoderar al pueblo cubano con el fin de tener un país tan cerca de los Estados Unidos que es libre y democrático”.
En un mensaje al iniciar su comparecencia frente a los medios, Jacobson advirtió que si bien el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de las embajadas en ambos países puede avanzar más rápido, “el camino hacia la normalización será muy complejo. Todo camino empieza con el primer paso, que es lo que hicimos ayer”.
El miércoles se iniciaron las primeras reuniones oficiales entre Washington y La Habana centradas en cuestiones migratorias, mientras que el jueves, con Roberta Jacobson al frente de la delegación de EEUU, tuvieron lugar reuniones para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, y para repasar temas de la agenda bilateral y la colaboración entre ambos países.
“Han sido un par de días memorables en La Habana para la delegación de Estados Unidos y para nuestros homólogos cubanos”, dijo, y subrayó que EEUU “procurará ahora adelantar donde sea posible los intereses comunes que tiene con La Habana”.
Esto incluye, añadió, “fortalecer un diálogo incipiente en seguridad sanitaria, lucha contra las drogas, orden público, cooperación ambiental, intercambios educativos y lucha contra el tráfico de personas”.
Sergio Alejandro Gómez, del diario Granma -único representante de la prensa nacional que pudo intervenir en la conferencia de prensa-, le preguntó cómo se podrían normalizar las relaciones entre ambos países mientras estuviera en pie el bloqueo. Por otra parte, la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo hace legalmente casi imposible el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
Gómez pidió también a la subsecretaria que se pronunciara sobre el programa para privilegiar la emigración de los profesionales de la salud de la Isla que trabajan en terceros países, lo cual contradice el reconocimiento público que ha hecho EEUU a la participación de Cuba en el enfrentamiento contra la epidemia del Ébola en África Occidental.
La funcionaria respondió que el bloqueo –ella le llamó “embargo”- es un tema legislativo, pero el presidente Barack Obama se ha pronunciado por el levantamiento de las sanciones, y lo hizo recientemente en su Discurso ante el Estado de la Unión: “Él ha cambiado lo que puede y los términos del debate, pero hay derechos legislativos y derechos ejecutivos”.
En cuanto a la posibilidad de sacar a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, recordó que la revisión de este instrumento solicitada por Obama el pasado 17 de diciembre al secretario de Estado John Kerry, se está implementando “ahora mismo”.
Sobre el programa de estímulo a la deserción de los médicos cubanos que participan en el elogiado programa de colaboración sanitaria de la Isla, dijo que su Gobierno no tiene planes de cambiarlo y que es un asunto que refleja “la perspectiva y la soberanía de Estados Unidos”.
Tomado de Cubadebate