Conciertos, recitales de poesía, presentación de aficionados en las diferentes instituciones culturales y conversatorios sobre su vida y obra de la cubana excelsa, como se le llamó a Doña Marta Abreu de Estévez, se realizan en Santa Clara, su ciudad natal en el aniversario 169 de su natalicio.
A ella, una mujer que más que benefactora fue patriota, se dedica la jornada de la cultura santaclareña.
Su ciudad, esa a la que dedicó sus más entrañables esfuerzos como filántropa, la recuerda y evoca. En cada una de las instituciones que creó y fundó y en especial en el teatro La Caridad, joya de la arquitectura colonial cubana, se le rendirá tributo con espectáculos culturales.
Para Marta Santa Clara fue una obsesión tal como Cuba fue su gran pasión. Su inmensa labor benefactora, que se expresa en la construcción de lavaderos para que las mujeres pobres de la villa pudieran realizar su faena a la sombra, escuelas para niños pobres, asilo de ancianos, dispensario médico, la introducción de los adelantos de la ciencia de aquellos momentos como un observatorio meteorológico, la planta eléctrica, el ferrocarril, también la rifa de máquinas de coser, incluso propició la creación para los presos de esposas que no les dañaban la piel al ser trasladados, construcción de puentes es comparable con su labor patriótica.
Se destacó por su desinteresada contribución a la causa de la independencia de Cuba. Sobre ella Máximo Gómez expresó: “No saben ustedes los villaclareños, los cubanos todos, cuál es el verdadero valor de esa Señora. Si se sometiera a una deliberación en el Ejército Libertador el grado que a dama tan generosa habría de corresponder, yo me atrevo a afirmar que no hubiera sido difícil, se le asignaría el mismo grado que yo ostento: Generalísima”.
Con los seudónimos de Ignacio y Jimaguayú, ella y su hijo Pedrito respectivamente, encabezaron la lista de donantes a la Guerra Necesaria con más de 800 mil pesos oro. Marta y su esposo Luis Estévez, aun estando fuera de Cuba estuvieron al tanto de los sucesos que ocurrían en la lucha por la independencia de Cuba.
Desde Europa costeó pasajes y hospedajes para combatientes, enviaron al campo insurrecto municiones, rifles, medicamentos, instrumental quirúrgico… Su energía y patriotismo se hizo saber cuando ante la noticia de la muerte de Antonio Maceo envía una misiva de dolor y aliento a la dirección del Partido Revolucionario Cubano que radicaba en Nueva York donde declara: “Ante golpe tan doloroso y en horas como estas no podemos desfallecer, adelante, pongo a disposición 10 mil pesos”. Regresó de París para ver nacer la Republica y ver hondear sola en El Morro la bandera de la estrella solitaria. A esa cubana excepcional Santa Clara este 13 de noviembre le rinde honores.