Por Raiza Arango Medina y Ana Margarita González
En la vida como en el trabajo se corren infinidad de riesgos; unos requieren ser superados, otros coexisten en armonía con el ser humano, algunos pueden dar al traste hasta con la propia existencia. Conocerlos y aprender a lidiar con ellos es una meta alcanzable.
En Cuba, el derecho a la protección, seguridad e higiene laboral está refrendado constitucionalmente, y el nuevo Código de Trabajo dedica su onceno capítulo a detallar lo relacionado con este tema. Esa es la teoría, las herramientas; a los trabajadores y a los sindicatos en cada nivel les corresponde prepararse para dominarlas, aplicarlas y exigir su cumplimiento a las administraciones.
En la actualidad la conducta inadecuada de los trabajadores es la principal causa de la accidentalidad. Revertir esta realidad es una de las prioridades enunciadas desde el XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), cuando hizo referencia a cómo lograr que la labor sindical se traduzca en exigencia para la mejora continua de las condiciones de trabajo y la creación de ambientes laborales sanos y seguros.
Por eso, la Jornada Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo que, como cada año, se desarrollará durante todo el mes de noviembre, será el colofón para mostrar las mejores y peores experiencias en este desempeño y la realización de acciones con quienes hacen su labor en escenarios expuestos a riesgos, bajo el precepto de que Prevenir asegura tu presente, tu futuro y el de tu familia.
Precaver para el futuro
Gisela Duarte Vázquez, miembro del Secretariado Nacional de la CTC, afirmó que la educación y la prevención son elementales en el empeño de reducir la accidentalidad laboral, no solo por los irreparables daños en vidas humanas y la economía, sino también por el impacto que tienen en la familia y la sociedad.
Ello requiere jerarquizar la capacitación de los jefes directos y los trabajadores, en lo cual el sindicato tiene una participación especial, fundamentalmente en aspectos que se relacionan con el Código de Trabajo, y la inclusión de los temas de seguridad y salud en los convenios colectivos de trabajo, razonó Gisela.
Durante esta jornada, informó, se promoverá en los centros de trabajo, sobre todo en aquellos caracterizados por los riesgos químicos y biológicos, un programa que permita a los trabajadores incrementar la cultura de seguridad, a fin de garantizar una adecuada percepción del riesgo al que se exponen, el cumplimiento de los procederes de trabajo y las medidas de seguridad.
También será interés de la CTC analizar en los colectivos aquellos accidentes e incidentes de mayor impacto, para elevar la conciencia sobre la necesidad de respetar las exigencias de seguridad e incorporarlas en su comportamiento conductual.
Otro asunto en el que la organización sindical pone énfasis es la actualización del conocimiento de la situación epidemiológica por parte de los trabajadores, e influir con acciones concretas en el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias para evitar la propagación de vectores y enfermedades transmisibles.
El 28 de noviembre se efectuará un taller nacional como resumen de las actividades desarrolladas en el país, lo cual promoverá el debate de los principales problemas que se deberán enfrentar en próximas etapas, refirió la dirigente.
Menos accidentes pero más días perdidos
Según la información ofrecida por Gisela Duarte, durante el primer semestre de este año se produjeron 252 accidentes laborales menos que en igual etapa del precedente y disminuyó también la cantidad de lesionados; sin embargo, los días de trabajo perdidos aumentaron y representan 88 jornadas como promedio por cada incidente reportado.
Es significativo que la mayor cantidad haya ocurrido por causa de comportamientos laborales inadecuados y violaciones del Código de Vialidad y Tránsito, aunque inciden también el uso de métodos y procedimientos inseguros, propiciados por la insuficiente preparación de los trabajadores y la falta de exigencia de los dirigentes sindicales a los directivos ante el empleo de máquinas y procesos productivos que no reúnen los requisitos para su explotación.
Datos aportados por los sindicatos a partir de los vínculos con sus respectivos organismos de la administración central del Estado, indican que este año hay una mayor ejecución del presupuesto aprobado para la adquisición de equipos de protección personal y de ropa y calzado.
La dirigente destacó la exigencia que han puesto los sindicatos y la CTC en este empeño desde la inclusión en los planes de la economía de los fondos para comprar estos recursos, que son vitales en la preservación de la salud de los trabajadores.
“En períodos anteriores la ejecución era muy baja, pero en los últimos tres años el país ha adoptado medidas, entre ellas la concentración de las compras en una misma empresa, que se hace tomando como base la demanda de los organismos para contratar los recursos que necesitan.
“No estamos exentos de problemas todavía. Muchas veces las compras se hacen por partidas y no por las especificidades de cada insumo o las tallas que necesitan los trabajadores; hay situaciones reiteradas con la mala calidad de los medios, esencialmente las botas, los guantes, las caretas, entre otros, lo que algunas veces sucede porque son los productos que se encuentran en el mercado o los posibles de adquirir según los financiamientos”.
Gisela recomienda el empleo de la inspección sindical de salud, la cual se hace con mucho rigor y es estricta en el cumplimiento de los parámetros indicados como una vía para detectar las insuficiencias que subsisten en los centros laborales. “Los inspectores que se capacitan anualmente son una fortaleza que tiene cada sección sindical para exigirles a las administraciones el cumplimiento de lo pactado en el convenio colectivo de trabajo.
“La jornada de noviembre pretende elevar la cultura y el conocimiento en aras de que los trabajadores puedan tener un mejor desempeño laboral y hacer uso de todos los medios de protección. Solo conociendo los riesgos podremos evitar los daños”.
Acerca del autor
Graduada de Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en el año 2014. Desde entonces se dedica a escribir e investigar sobre temas sociales, envejecimiento y de dinámica de población. Además es una de las redactoras principales de la página de Salud, especializándose en temas relacionados con la salud, la ciencia y tecnología. Ha asistido a varios cursos de postgrado, en el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas y en el Instituto Internacional de Periodismo; relacionados con el estudio de la sociedad cubana .
Excelente comentario, totalmente de acuerdo.
La insistencia en que las causas de los accidentes radica en comportamientos inadecuados de los trabajadores y en violaciones por parte de ellos, aleja a la posibilidad de influenciar adecuadamente en las causas básicas que provocan a los accidentes. Las acciones inseguras de los trabajadores son solo síntomas de las reales causas básicas. Pero las investigaciones de los accidentes ocurridos se quedan en análisis superficiales que no llegan a los reales por qués de que se ejecuten dichas acciones inseguras. No es un problema de la empresa cubana, es un problema mundial. Pero lo cierto es que las empresas que han demostrado mejores desempeños en seguridad, han dejado de tener como estrategia principal el pedirle a los trabajadores por las buenas o por las malas que tengan «más cuidado» y se han concentrado en perfeccionar sus sistemas de trabajo y la organización del mismo para lograr comportamientos más seguros. Bien haría el movimiento sindical cubano y los responsables administrativos a todos los niveles en estudiar esas experiencias y esas nuevas tendencias, que postulan que los accidentes todos tienen causas organizacionales, cuyos síntomas se manifiestan en acciones inseguras que son causas inmediatas del accidente, pero rara vez causas básicas.