En el pecho de Mijaín López Núñez, Gladys Bejerano Portela y Omara Durand Elías puso, este martes, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, las condecoraciones que los acreditan con los títulos honoríficos de Héroe de la República de Cuba y Heroínas del Trabajo.
En el acto de reconocimiento, encabezado además, por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y por otros miembros del Buró Político, se rindió justo homenaje a estos «tres revolucionarios de probada conducta, que a través de su entrega, consagración y pasión por lo que hacen, han puesto bien en alto el nombre de Cuba».
De Mijaín, cinco veces campeón olímpico de lucha grecorromana, habló el miembro del Buró Político y vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, quien destacó sus excepcionales resultados en el deporte y, sobre todo, su compromiso con su pueblo, con Fidel, Raúl y la Revolución, de la cual es fruto.
A su juicio, «bastaría repasar su hermoso palmarés para reconocer en Mijaín a uno de los más grandes atletas de todos los tiempos».
A cargo del miembro del Buró Político y secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, Ulises Guilarte De Nacimiento, estuvieron las palabras de elogio para Gladys y Omara.
La primera dirigió durante los últimos 15 años la Contraloría General de la República; la segunda es la reina indiscutible, por más de una década, del movimiento paralímpico internacional.
Sobre Gladys Bejerano, trascendió que «es una de las expresiones más vivas de que la disciplina y el rigor en el trabajo, así como la fidelidad a la Revolución, son atributos imprescindibles para defender la sociedad socialista que construimos».
Más que ganar medallas en 100, 200 y 400 metros sobre una pista, subrayó Guilarte de Nacimiento, lo más cautivador de Omara ha sido su sencillez, su fidelidad, y su amor a la familia y a Cuba, de la que hoy es símbolo de entrega y sacrificio.
La emotiva ceremonia culminó con el saludo del General de Ejército y de los demás asistentes a los familiares reunidos allí, retaguardias imprescindibles para que todos puedan seguir cosechando éxitos, en nombre de la Patria que los honra.