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El Día Internacional de los Trabajadores en Cuba no es solo un motivo de festejos por contar con una sociedad que tiene como premisa alcanzar la mayor justicia para todos.
Es un momento también para manifestar la decisión de los trabajadores y el pueblo, como expresó el Comandante en Jefe en el comunicado número 1 ante la invasión mercenaria de Playa Girón, de “contestar con hierro y fuego a los bárbaros que nos desprecian y pretenden hacernos regresar a la esclavitud”.
Aunque no podemos descartar nunca una agresión directa por parte de nuestro enemigo histórico y sus marionetas, hoy el “hierro y fuego” consisten en hacer irreversible nuestro proyecto social emancipándonos nosotros mismos, con nuestros propios esfuerzos, y demostrarle a los “bárbaros”, con acciones concretas, la falsedad de su campaña que pretende mostrarnos ante el mundo como un Estado fallido y de ese modo justificar su intervención.
Es otro combate de todos los días que requiere compromiso de los trabajadores en cada lugar, de su disposición a enfrentar obstáculos y responder creativamente a las carencias, pero además reclama enfrentar las insuficiencias y errores que pueden enlentecer el avance de las metas que se ha propuesto el país y afectar a sus principales protagonistas.
En este empeño sobresale para el movimiento sindical la defensa de los derechos de las masas laboriosas a las que representa. El secretario general de la CTC se refirió en abril último, en reunión del Consejo de Ministros a dos asuntos a los que las administraciones deben prestar especial atención. El primero es que en varios sectores de la economía se ha manifestado un crecimiento del impago a los trabajadores, lo cual constituye una insatisfacción en el seno de los colectivos.
A fin de solucionar dicho problema, que viola lo establecido en el Código de Trabajo, los directivos sindicales tienen que, ante todo, exigir responsabilidad a los jefes en cada lugar donde esto ocurra, hacer propuestas y buscar soluciones, para cumplir en el tiempo establecido.
Otro tema medular al que a los directivos de las entidades les toca encontrar respuesta con la participación de la organización sindical, es que más de 300 empresas tienen pérdidas.
En ellas se agrupa una cifra significativa de trabajadores, limitados por la falta de eficiencia en la gestión empresarial, para recibir los beneficios que trae consigo aplicar las facultades otorgadas a la empresa estatal socialista y así mejorar sus ingresos.
Son muchos los frentes que se acometen hoy en la economía, y al sindicato le corresponde liderear el avance hacia una sociedad próspera y sostenible, siempre dispuesto a escuchar las preocupaciones de los trabajadores y buscar las vías para resolverlas.
Al respecto se pronunciará el XXII Congreso de la CTC, llamado a perfeccionar la razón de la organización: ser representante de los derechos y movilizadora del deber.
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