Cargando...Por Roberto M. López de Vivigo, estudiante de Periodismo
Los apasionados del juego ciencia recuerdan los matches disputados entre Garry Kasparov y máquinas de ajedrez, duelos épicos que intentaban probar hasta dónde podían llegar esos aparatos y en última instancia si superarían a los seres humanos, si serían imbatibles para los hombres.
La práctica demostró y continúa reflejando que todavía ningún módulo informático es invencible, sin embargo, la relación ajedrecista-computadora es cada vez más estrecha, pues los jugadores aprovechan estos artefactos para su crecimiento como deportistas.
Los programas computacionales permiten analizar aperturas, valorar posiciones con desequilibrio de piezas; y por supuesto, jugar contra el usuario. Entonces aparece la primera brecha entre los practicantes del deporte de Cassia, No todos tienen acceso a equipos de gran potencial que permitan la instalación de módulos modernos, que requieren requisitos especiales (Memoria RAM, tarjeta gráfica, conexión a Internet) para su funcionamiento.
Recuerdo un diálogo que sostuve con el Gran Maestro (GM) peruano Emilio Córdova durante el 49 Torneo Capablanca, él me decía que en sus inicios como ajedrecista carecía de un ordenador, por lo que tuvo que estudiar con libros y prepararse participando en competencias.
Al final, de cierta forma Córdova terminó rechazando las PC y opinó: “No me gusta para nada entrar en debates teóricos y probar quién tiene la mejor computadora o el mejor análisis. Creo que el ajedrez pierde el encanto cuando se hace eso, aunque hay jugadores que les encanta estudiar y ganar por preparación. Para mí el ajedrez es como un arte y como arte me gusta crear, para otros es ciencia y como ciencia la estudian y se preparan constantemente, es una cuestión de percepción”.
¿Dónde está la noticia?, se preguntará usted si ya leyó los seis párrafos anteriores, ¿habrá olvidado el periodista el toque actual que deben tener todas las informaciones? De ninguna manera, pero preferí comenzar con una reflexión antes de presentar al Komodo Chess 8, el mejor módulo ajedrecístico de hoy para muchos especialistas.
Según reporta el sitio web chessbase.com, este programa tiene una valoración Elo de 3232 puntos. Ningún trebejista ha alcanzado siquiera los 2900, y está diseñado para ordenadores de escritorio y teléfonos móviles smartphone (celulares con estructuras y funciones similares a las de una computadora).
Agrega que cuenta con un mejor juego posicional e ideas más profundas, y es puntero en fuerza táctica, esta última muy superior a los seres humanos; pero aún cede Komodo Chess 8 frente a los hombres en cuanto a los análisis de situaciones sobre el tablero.
Tres fueron los creadores del avanzado módulo informático: Don Dailey, Mark Lefler y Lawrence Kaufman. Dailey fue programador de productos comerciales y académicos de ajedrez, antes de morir en 2013 dejó los códigos y programación de Komodo Chess 8 a Lefler, quien es también programador y graduado en Ciencias de Ingeniería y Mecánica.
Larry Kaufman, como se le conoce, es quizás uno de los grandes artífices del módulo, gracias a sus conocimientos de ajedrez. Obtuvo el título de GM tras ganar el Campeonato del Mundo de Veteranos en 2008. Además triunfó en el Campeonato Abierto de Estados Unidos en 1966 y presidió en los años ochenta el comité de la Federación Estadounidense de Ajedrez.
Los módulos de ajedrez se desarrollan cada día más y por ahora Komodo Chess 8 es el más moderno y rápido. Que todos los practicantes del juego ciencia puedan acceder a él, ese es el reto. Realmente es una utopía para el mundo actual, por ahora debemos conformarnos quizás con presenciar un duelo entre Magnus Carlsen y Komodo Chess 8, una meta más creíble ¿no?
