Año tras año, las estadísticas demuestran que las indisciplinas en el uso de los medios de protección pueden costar vidas o provocar lesiones irreversibles. El escenario económico del país es complejo. Sin embargo, hay producción insuficiente y alta demanda de guantes, botas y cuanto aditamento puede contribuir a la seguridad y salud en el trabajo.
En una mirada al tema comprobamos que conviven disparidades por sectores, provincias y sindicatos. Todas las actividades no tienen los mismos riesgos; es responsabilidad de las administraciones garantizar la debida protección para sus empleados, y a su vez, velar porque ellos utilicen adecuadamente los medios de protección, con una intervención activa del sindicato.
El Gobierno cubano mantiene el objetivo de garantizar el tratamiento saludable para los trabajadores, como parte de las políticas sociales a cumplir hasta el año 2030 vinculado al Macro Programa de Desarrollo Humano, Equidad y Justicia Social, el cual establece y regula el empleo decente.
¿Ambientes sanos y seguros?
Los accidentes de trabajo continúan creciendo en un número importante de organismos primarios y terciarios de la economía. Un reciente análisis en el Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) expuso que los sindicatos que sobresalen en ese negativo indicador son: Transporte, 49 accidentes de trabajo y en la vía; Azucarero, 43; Energía y Minas, 40; Construcción, 36; Comercio, Gastronomía y los Servicios, 35; Agropecuario, Forestal y Tabacalero, 17 y Civiles de la Defensa, 15.
Las provincias con los mayores índices de trabajadores accidentados al cierre de diciembre del 2023 son Holguín, con 59, y Villa Clara, con 57.
Por su parte, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) reportó que existen hasta el momento 851 accidentes laborales, de estos 25 son mortales.
De igual manera, un informe de la CTC que recorre las características del escenario al cierre del primer trimestre del presente año explica que hubo 14 fallecidos, con una edad promedio que oscila entre los 25 años, pertenecientes a los sectores de Comercio, Gastronomía y los Servicios (4); Civiles de la Defensa (7); Azucarero (2) y Agropecuarios (1).
Yordanis Cruz Sánchez, funcionario de la CTC en Holguín, al frente del Departamento de Asuntos Laborales, destacó que una de las funciones más importantes en esa área es gestionar el mejoramiento constante de las condiciones de trabajo, con la finalidad de alcanzar ambientes laborales sanos y seguros.
No obstante, contra ello conspira que, como tendencia, ha existido una inejecución en los presupuestos asociados, aunque en el último período la compra de medios de protección muestra una tendencia favorable, pero continúa siendo un tema a resolver la calidad de estos y su uso por los trabajadores.
Tampoco ha estado exento de dificultades el trabajo para erradicar o reducir al mínimo los riesgos laborales y su impacto en la accidentalidad. Las mayores necesidades —enfatizó— se concentran en guantes (dieléctricos, calor, látex); espejuelos (contra impactos, c/ácido, c/partículas); orejeras; botas (sanitarias, de goma, con casquillos); delantal (plástico, PVC corto, PVC largo) y cascos.
Las causas que más inciden están dadas por la centralización de los presupuestos en las entidades provinciales o la falta de su seguimiento y control en la ejecución, fallas en la gestión administrativa; incumplimiento de contratos entre empresas y organismos; y la poca exigencia de los dirigentes sindicales para que se rinda cuenta a los trabajadores en las asambleas de afiliados del comportamiento de los financiamientos para adquirir tales medios.
Este panorama se extiende por la geografía cubana. Datos obtenidos en la CTC de Villa Clara reflejan que entre las dificultades que se presentan con los equipos de protección personal en la provincia están la errónea selección, incorrecta gestión de compra, los elevados precios, en constante aumento por las mipymes, que constituyen las principales suministradoras; demoras por el proveedor y necesidad de capacitación.
Justo en la diana
Llegado a este punto, no es ocioso exponer que la seguridad y salud en el trabajo dista de ser una tarea más. Su prioridad ya está dada en el artículo 69 de la Constitución de la República, que subraya las principales líneas del tema para el Estado mediante la adopción de medidas adecuadas dirigidas a la prevención de accidentes y enfermedades profesionales.
Asimismo, la Ley 116, Código de Trabajo, reconoce en su artículo 24 que las condiciones de seguridad y salud en el trabajo deben ser acordadas como parte del contrato de trabajo.
Si nos atenemos al rosario de deficiencias que rodean esa actividad resulta contradictorio conocer, además, que hay organismos estatales y privados que están listos para producir un número importante de medios al contar con la infraestructura y la fuerza de trabajo necesarias.
A partir de la aprobación de la Resolución no. 6 del MTSS, el 6 de abril de 2022, comenzó un ligero ascenso de la producción nacional de equipos de protección personal (EPP), en tanto la normativa incluyó los nuevos actores económicos: micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), cooperativas no agropecuarias (CNA) y trabajadores por cuenta propia (TCP), precisó a Trabajadores Valia Carbó, jefa del Centro de Registro y Aprobación de los EPP en el citado organismo.
Explicó que esa participación depende de si cumplen con la norma de calidad a partir de las pruebas y ensayos requeridos. En la jerarquía de métodos que se utilizan para controlar los peligros en los puestos de trabajo, la protección personal es fundamental ante la existencia de riesgos, que, por medidas técnicas, organizativas o mediante disposiciones de protección colectiva, no hayan podido evitarse o limitarse suficientemente en su propio origen de ahí que para que el trabajador tenga garantizadas su seguridad y su salud son imprescindibles el uso de los EPP en determinadas actividades.
De igual manera, la especialista aseguró que concurren otras razones para el incumplimiento en la ejecución del presupuesto como son: la deficiente oferta en moneda nacional, y que las entidades no cuentan con el financiamiento en divisas requerido para la adquisición de EPP indispensables en algunas actividades.
A la lista se añade que varios de los medios de protección no se producen en el país; la mala calidad de algunos equipos; el incremento de los precios en el mercado, así como la política de concentración de importaciones que aplica el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, lo cual dificulta que lleguen los equipos imprescindibles para esas actividades y con riesgos muy específicos.
Para Ángel San Martín Dupoté, jefe del Departamento de Seguridad y Salud en el Trabajo del MTSS, esa función debe estar enfocada en resolver los problemas que son de procedimiento, estructurales y de mantenimiento dentro de una entidad. Un paso notable en ese sentido —puntualizó— ha sido el análisis del tema en los organismos que más inciden en la accidentalidad.
Respuestas a un gran problema
Esta investigación nos dejó más preguntas en el tintero. La vida y la salud de los trabajadores cubanos son importantes y existen normativas, indicaciones, presupuestos, instituciones y especialistas que deben hacer cumplir lo establecido, sin obviar la responsabilidad individual del trabajador.
¿Qué pasa al interior de los centros laborales con buenos y malos ejemplos? ¿Qué papel desempe- ña allí el sindicato? ¿Qué alegan los productores de medios de protección y cuál es la situación con los inspectores de la Oficina Nacional de Inspección del Trabajo? Buscaremos esas y otras respuestas. Usted, su familia, el país, las necesitan