La Cuba de Pablo Elier: Un análisis estadístico

La Cuba de Pablo Elier: Un análisis estadístico

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En el 2021, el fútbol cubano vivió una serie de cambios en favor de su desarrollo. Mucho se ha hablado sobre los primeros legionarios, así como de los federativos que llevaron el proceso, sin embargo la dirección técnica responsable de dirigir el cambio no ha sido tan analizada. Surge así un nombre a destacar: Pablo Elier Sánchez, quien se mantuvo en el cargo de entrenador de la selección nacional durante cuatro años. Durante su etapa fue cuestionado por las tácticas empleadas y su sistema de juego; pero ¿se fue injusto con el pinareño basándose en sus resultados?

En términos generales, dirigió 26 partidos con un balance de 11 victorias, 1 empate y 14 derrotas, 32 goles anotados y 43 recibidos. A simple vista no son números positivos, pero si se toma en cuenta el contexto de que los primeros 6 encuentros fueron de un equipo en reconstrucción y sin legionarios, así quedaría dividido en dos etapas: preapertura con 1V 1E 4D, 1 GA y 18 GC; y postlegionarios con 10V 10D, así como 31 GA y 25 GC.

De la etapa prelegionarios las cuatro derrotas fueron en partidos oficiales ante Canadá y Estados Unidos, mientras la victoria y el empate se logró en topes frente a Nicaragua. Con la llegada de los refuerzos, el conteo fue de 7V 6D en torneos del área y de 3V 4D en amistosos. La tendencia es clara, mejoramos estadísticamente en resultados, pero ¿fue así en juego?

Más que jugar al balón con los pies

Es sabido que cada entrenador tiene una alineación o posicionamiento preferido y en el caso de Pablo Elier fue el 4-2-3-1, el cual intercambió en ocasiones con el 4-4-2, siempre prevaleciendo el uso del doble pivote en la medular. Partiendo con esa base, se desplegó un fútbol ofensivo construido desde la salida con balón controlado, el famoso armado desde los centrales. Para ello fueron claves Carlos Vázquez Fernández, Yosel Piedra y Modesto Méndez, quienes rotaron siempre en la posición.

Con una filosofía ofensiva, la selección cubana encadenó una racha de seis victorias, durante las cuales solo recibió 3 dianas y endosó 14. Con esa perspectiva llegamos a la Copa Oro de 2023, para la cual se prepararon dos amistosos con equipos renombrados de Conmebol: Chile y Uruguay, por ese orden. En el primer amistoso ante Chile sorpresivamente el profesor utilizó una línea de 5-4-1, ajena totalmente a lo expuesto durante todo el ciclo. El resultado fue 3-0 en contra, pero las sensaciones fueron peores, el conjunto nunca mostró ideas y empezaron las preocupaciones. Contra Uruguay, se repitió el 5-4-1 aunque hubo intentonas de mostrar más juego asociativo, esta vez un 2-0 desfavorable y muchas dudas con respecto al trabajo hecho anteriormente.

Y llegó la Copa Oro…

Es de importancia matizar que el equipo vio la ausencia de tres titulares antes de empezar el torneo: Onel Hernández, Dairon Reyes y Karel Espino, el mejor delantero, el creativo y el stopper, todos por lesión. Con ese oscuro panorama debutó la selección ante Guatemala y aunque el planteamiento fue 4-2-3-1, la ausencia de los pilares ofensivos dio al traste. Cuba tuvo el 47% de la posesión, pero de forma estéril, solo tuvieron 6 remates por 17 de los ‘chapines’. La efectividad de pases se mantuvo por debajo del 75% y a pesar de la derrota 1-0, la gran figura fue el arquero Raiko Arozarena, quien tuvo 6 atajadas incluido un penal.

En el segundo encuentro las condiciones fueron desfavorables, se vio un equipo afectado mentalmente por los abandonos de jugadores y las presiones externas. Los Leones del Caribe tuvieron el 57% de posesión y 13 disparos a favor, sin embargo, las desconexiones puntuales a la defensiva costaron una dolorosa goleada en contra. Los delanteros de Guadalupe lucieron como balones de oro y con múltiples disparos desde fuera del área sellaron el 4-1 en su favor. El gol antillano sería de Arichel, quien convirtió de penal.

Tras dos choques con balance negativo, se presagiaba un cierre peor contra la favorita Canadá y en cierto modo, así fue. Los norteamericanos montaron un tiro al blanco con la portería cubana y endosaron cuatro goles, con sensaciones de que pudieron ser más de seis. Por su parte, fue el partido con más garra de los cubanos, quienes lograron anotar en dos ocasiones por la vía del penal, uno a la cuenta de Paradela y otro de Maykel Reyes. Pablo Elier planteó un 4-4-2 regresando al doble pivote, pero el daño estaba hecho. El torneo marcado como un parteaguas en el fútbol nacional, terminó con un cierre amargo para el entrenador pinareño, quien fue cesado de su puesto tras la pésima actuación.

Como puntos clave de su período: aplaudir la audacia de intentar algo más allá de tácticas extremadamente defensivas, entregar estabilidad en el puesto de seleccionador pues hacía más de una década no se mantenía un mismo directivo por cuatro años, encaminar el difícil proceso de convocar legionarios y por permitir a una afición soñar con un futuro mejor para el fútbol en Cuba. El capítulo del profesor concluyó entre dudas sobre quien debía ser el sucesor, si había llegado el momento de buscar un entrenador extranjero. El mar de incertidumbre quedó aclarado con cierta polémica y suspicacia, cuando fue anunciado en el cargo: Yunielys Castillo.

 

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