La bandera cubana, en manos del pentacampeón olímpico de lucha greco Mijían López (130 kg) y el recién estrenado monarca de los 63 kilogramos, el boxeador Erislandy Álvarez, descendió por las escalerillas del avión para guiar a los deportistas de la isla que regresaron hoy al país luego de su estancia en París para los Juegos Olímpicos.
Tras los ganadores del oro desfilaron la subtitular Yusneilys Guzmán (lucha libre 50 kg) y los medallistas de bronce Gabriel Rosillo (97 kg lucha greco), Luis Alberto Orta (67 kg lucha greco), Yarisleidis Cirilo (canotaje), Rafael Alba (taekwondo), Milaymis Marín (lucha libre 76 kg) y Arlen López (boxeo 80 kg)
Erislandy Álvarez se encargó de leer un comunicado a nombre de la delegación en el que agradeció al pueblo de Cuba por las innumerables muestras de cariño y respeto que han recibido y en el que destacó además el orgullo de ser encabezados por una figura como Mijaín López.
Por su parte, el viceprimer ministro de la república Jorge Luis Perdomo Di-Lella destacó que la delegación regresa «con la satisfacción de haber competido con dignidad y apego a los valores de nuestro deporte.
«Fuimos a París con una delegación más pequeña que en los Juegos Olímpicos anteriores integrada por 61 atletas de dieciséis deportes que participó en cincuenta y tres de las trescientas veintinueve pruebas convocadas se lograron dos medallas de oro, una de plata y seis de bronce de bronce; ubicándonos en el lugar treinta y dos por países. Entre los países latinoamericanos ocupamos la segunda posición», destacó Di-Lella, que resaltó la trascendental victoria de Mijaín López.
«Nuestra bandera siempre brillará por lo más alto del mundo entero. Hay un récord y a partir de ahora lo primero es lograr disfrutar de toda esta victoria. Después enfocarme en lo que es conocimiento, hacer lo que tiene que hacer cualquier atleta incorporado en la sociedad, para poder demostrarle al mundo entero que nosotros somos capaces de lograr cosas grandes», dijo Miajín.
Mientras, Yarisleidis Cirilo, primera mujer medallista en la historia del canotaje cubano, se mostró muy emocionada por el recibimiento y señaló que su presea de bronce significa muchísimo.
«Fue una regata bastante difícil, dura… puedo decir que ha sido la regata más dura en toda mi carrera deportiva, pero fue muy emocionante porque llegué a la meta y no sabía en qué lugar había entrado. Cuando vi que había entrado en tercer lugar tenía tremenda alegría. Ahora lo que aspiro es seguir entrenando, mejorando y la meta principal nunca cambia que es ser campeón olímpica», comentó Cirilo en exclusiva para Trabajadores.
El acto contó con las interpretaciones de los músicos David Blanco y Christopher Simpson, y estuvieron presentes el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el presidente de la Asamblea Nacional Esteban Lazo y el secretario de Organización del Comité Central del Partido Roberto Morales Ojeda.
El pueblo habanero recibió a sus campeones