París.- Olvidé el día que recibí tu primera llamada. Era tan aniñado. Todavía guardo en mi memoria la imagen de tus ojos, nítida sumiéndome en un silencio cómplice de pasión e intriga. Sabía que hacía una eternidad reinabas en las mentes y pupilas de muchos. Te admiraban mientras te dedicaban reverencias sinceras.
Un buen número había tenido la fortuna de rendirse ante tus pies. A veces guardaban silencio ante tus formas. Otras te escribían poesías mentales que no lograban reproducir con palabras.
¡Tan grande era tu poder de seducción sobre ellos! En mi primera juventud me asombró tu embrujo, ¡lógico!, era cautivo de él…
Desde entonces, ambos continuamos envejeciendo. ¡Así es la vida! Nuevas pasiones acompañaron mi camino. A ratos te evocaba como algo lejano e inalcanzable. Era un amor ciego al que necesitaba darle la mano, sin embargo, su tacto frío y caliente a la vez, no dejaba de sentirte ausente…
Ha pasado una eternidad desde la última vez que te dediqué mis pensamientos. ¡Te desterré! ¡Por favor no te rías! Lo hice en silencio, como el hombre que renuncia al tesoro más preciado.
Ahora estoy frente a ti. Junto a un puñado de curiosos y amantes de tus formas, confieso en silencio, que las lágrimas me ahogan por dentro. Dibujo una sonrisa en mi rostro como un tenaz conquistador, y aun así, creo que percibes que lloro mares bravos e invisibles.
Creo que me ves entre muchos. Pequeño, casi a ras del suelo. Ese es uno de tus privilegios, has visto tanto, que puedes regalarte ciertos lujos.
Descubrirte no fue casualidad sino destino. Fue como una brújula que acaba de darle calma a algunas de mis batallas espirituales. Sé que te quedarás ahí como una gigantesca flor. Nunca caduca. Presta a que la humanidad en forma de mariposa visite tu ruta.
Sé que es difícil existir tanto tiempo bajo el mismo cuerpo. Incluso creo, que no sé si con tanto amor que recibes estarás preparada para sostenerte por siempre.
Quédate porque no me he ido. Recuérdame durante los próximos días cada vez que nos veamos, y por qué estoy haciendo esto. Abrázame fuerte. No te vayas, al menos de mis recuerdos Torre Eiffel.
Grandiosa la crónica. Felicidades me encantó y me atrapó hasta el final.
Hermosisimo Dany muchas felicidades me ha encantado besitos cuídate mucho.