El azar en ocasiones nos sorprende, así sucede con el 14 de junio, fecha en la cual coincide el nacimiento de dos hombres que, en momentos claves de la historia cubana, encabezaron columnas invasoras para extender la guerra revolucionaria. Hablo del Mayor General Antonio Maceo Grajales –nacido en 1845 en Santiago de Cuba– y el Comandante Ernesto Guevara de la Serna, en 1928 en la ciudad argentina de Rosario.
El primero considerado maestro en el empleo de la táctica militar, combatiente por excelencia y jefe de elevado prestigio; guerrero incansable con más de 600 acciones combativas, entre las que se cuentan alrededor de 200 combates de gran significado. Su cuerpo estaba marcado por 26 cicatrices de guerra, de las cuales recibió 21 en la contienda del 68.
Del segundo qué decir, universalmente conocido como el Che Guevara, o simplemente el Che; combatiente revolucionario, estadista, escritor y médico argentino-cubano. Su vida, conducta y su pensamiento se ha convertido en paradigma de millones de hombres y mujeres en todo el mundo.
El ejemplo de estas dos figuras es uno de los argumentos abrazados por decenas de hombres y mujeres egresados de la entonces ESBEC 14 de Junio para cada jornada de junio no dejar morir los sueños que durante esta etapa los involucró en acampadas, viajes a la playa, caminatas a lugares distantes, movilizaciones agrícolas…
Anécdotas, historias y recuerdos vividos por estos hombres y mujeres, hoy convertidos en profesionales de la salud, el deporte, la ciencia, el arte, el derecho, la FAR y demás sectores, van y vienen cada 14 de junio, hoy pasado por agua, en aras de vivencial una época de estudio donde el máximo líder visitó ese centro educacional reiteradas veces e incluso, jugó con el estudiantado pin pon, basquetbol y béisbol.
En unos de esos encuentros Fidel Castro manifestó:
De esta isla podemos decir que tiene ya uno de los más completos e integrados sistemas educacionales del país.
(…)Y para citar un ejemplo de la importancia económica de este desarrollo, baste señalar que ya en la pasada cosecha el área de esta escuela donde estamos hoy, la escuela «14 de Junio» —en recuerdo al día en que nacieron Maceo y el Che— produjo ya 1 700 toneladas de toronjas, y se espera para esta cosecha alcanzar 2 800 toneladas. Eso equivale a más de medio millón de pesos en exportación de toronjas.
Hoy aquella ESBEC sigue ahí, ya no es una escuela al campo, su matrícula está incorporada a un centro mixto, donde confluyen también niños de la enseñanza primaria, quienes al igual que aquellos jóvenes que inauguraron 14 de junio en 1971, mantendrán los mismos sueños, que no son más que los sueños de la Patria, los sueños de Maceo y los sueños del Che, dos paradigmas que nunca morirán en nuestros corazones.