La preparación de niños y adolescentes en los diferentes oficios para que puedan llegar a la etapa laboral con aptitudes y actitudes es parte del quehacer que se refuerza en Granma desde hace varios años con mayor incidencia en el municipio de Manzanillo donde ya se ostentan resultados confiables en ese sentido.
En ese territorio, ubicado en la costa del Golfo del Guacanayabo, los estudiantes que presentan discapacidades físicas e intelectuales cuentan con una atención permanente para lo cual son acogidos en seis centros de enseñanza donde son preparados de manera adecuada para ese noble fin.
Uno de estos centros de tipo especial es la Antonio Briones Montoto en cuya sede se realizan nueve talleres de formación laboran con el objetivo de fomentar habilidades profesionales para desarrollar en el futuro.
El objetivo es que los educandos que pasen por aquí lleguen a una escuela de oficio o se incorporen a un centro de producción con un marcado conocimiento y destrezas para el desempeño que se le asigne: nuestra matrícula actual es de 93 niños y niñas, explica Aliuska Martínez Macías, subdirectora de la institución a cargo de esa actividad.
“Fuimos beneficiados con varios kits como parte del proyecto internacional de Inserción Socio Económica de personas con discapacidad que nos permitió ampliar las posibilidades de instrucción en las áreas polivalentes, artesanía, técnicas básicas agropecuarias, servicios de belleza, el trabajo con metales o reparación de ciclos, confecciones textiles, educación doméstica y carpintería.
“Los estudiantes como ven que tienen más recursos y cuentan con más materiales se insertan más, se motivan más, se inclinan más por las habilidades profesionales e incluso eligen el taller donde quieren estar.
“Es notable la satisfacción. Por lo general vienen con determinadas carencias e incluso con la idea de que son inútiles; sin embargo aquí nosotros les enseñamos a ser más independientes y a prepararse para la vida”, significó la instructora.
Por su parte Mario Ramón Cisneros Téllez, metodólogo de formación laboral en el municipio Manzanillo, valora este programa como muy provechoso debido a la alta repercusión que tiene tanto para los jóvenes con discapacidades como para la familia, la comunidad y el sistema social en general.
“Es una tarea muy hermosa y nos sentimos muy orgullosos de lo que estamos logrando”, acentuó.
Otros territorios de Granma que sobresalen en este tipo de labor son Bayamo y Bartolomé Masó, los que también recibieron con beneplácito los donativos el proyecto internacional.