Los sindicalistas franceses Marie Christine Nadeau y Stephanie Tison alzaron sus voces por la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra la Mayor de las Antillas, la política criminal impuesta unilateralmente por el gobierno norteamericano a principios de los 60, y endurecida en los últimos años.
“Seguiremos movilizándonos para denunciar el bloqueo que tanto daño le hace a Cuba. Los cubanos merecen vivir tranquilos, producir y desarrollarse sin tantos obstáculos. Viva la Revolución”, expresaron Marie Christine y Stephanie, miembros del sindicato de Energía y Minas de la Confederación General del Trabajo (CGT).
En una visita a esta occidental provincia de Matanzas, los galos vivieron momentos de “verdadera emoción en el desfile por el Primero de Mayo, donde vimos una marcha grande, increíble, de todos los sindicato, incluidos las Fuerzas Armadas y la Policía Revolucionaria”, declararon a la prensa.
“Somos más que dichosos de estar por primera vez en Matanzas. Hemos tocado con las manos el ideal social cubano”, manifestaron, luego de un recorrido por centros del Ministerio de Energía y Minas (MINEM) en predios yumurinos.
“Estamos hermanados con el sindicato de trabajadores del MINEM y lo seguiremos estando. Eso nos ha permitido conocer mucho de la realidad cubana y sobre todo de los empleados, y de sus deberes y derechos”, apuntó Stephanie Tison.
Los representantes de la CGT se suman a la práctica de esta organización francesa, que cotidianamente expresa su postura por el levantamiento del bloqueo, que comenzó con la cancelación de la cuota azucarera en el mercado estadounidense en junio de 1959, y se oficializó el 7 de febrero de 1962 con la aplicación de la Sección 620a de la Ley de Ayuda Extranjera, que estaba vigente desde septiembre de 1961, cuando el presidente John F. Kennedy vedó totalmente la importación de mercancías de origen cubano.
Considerado un acto de guerra en tiempos de paz, a la genocida política se fueron sumando paulatinamente otras medidas coercitivas. Por ejemplo, En 1992, la Ley Torricelli codificó por primera vez las contravenciones del bloqueo, convirtiéndolo en extraterritorial, lo cual significa fijar sanciones a terceras naciones donde radiquen subsidiarias de empresas estadounidenses y a los barcos que comerciaran con Cuba.
Como si fuera poco, la Ley Helms-Burton lo recrudeció, internacionalizó y afianzó en 1996; y luego, en la administración de Donald Trump, se adoptaron, adicionalmente, otras 243 medidas contra Cuba. El colofón, lo es la inclusión de Cuba en una lista arbitraria y unilateral de estados que, según Washington, patrocinan el terrorismo internacional, lo cual tiene efectos importantes en las relaciones financieras externas de esta nación.