Se nota cuando se ha trabajado mucho; se nota hasta en los modos de contar lo vivido. Así sucedió en la tarde de este miércoles, desde el Palacio de la Revolución, donde tuvo lugar la reunión de Balance del Ministerio de Cultura (Mincult), que puso una mirada a todo lo hecho durante el 2023, y que también abordó las proyecciones de ese importante organismo para el 2024.
“Creo que este tiene que ser un año mejor en espiritualidad, y tiene que ver mucho con lo que seamos capaces de hacer”, dijo hacia el final del encuentro el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; y ese fue un modo de recordar a todos que, donde haya un artífice o defensor de la cultura, la Isla estará a salvo.
El 2024 no será un año fácil para el Mincult -como no lo han sido los años más recientes-, pero sobran talento y capacidad de consagración en el universo de nuestros creadores y artistaspara ir sobrepasando desafíos, para seguir en una ofensiva inteligente frente a la embestida imperial que persigue corromper identidades.
En tales palabras podría resumirse el espíritu de un Balance que también contó desde la presidencia con el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz; con la viceprimera ministra de la República, Inés María Chapman Waugh; con el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y jefe de su Departamento Ideológico, Rogelio Polanco Fuentes; así como con el ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau.
Los preámbulos de la reflexión colectiva fueron dos textos-con resúmenes audiovisuales de apoyatura- acerca de lo hecho en el año recién concluido, y de lo que el Mincult tiene como objetivos esenciales para este 2024. En el comienzo del primer informe pudo leerse que el organismo “prestó la máxima prioridad a la programación cultural. En medio de grandes limitaciones, los escritores, los artistas y las instituciones, en un ambiente de plena libertad creadora, perseveraron en ofrecer al público actividades de gran calidad”.
A propósito del primer objetivo enunciado en dicho informe -que movió voluntades durante el 2023 y cuya esencia es la de “estimular la creación artística y literaria con un sentido descolonizador”-,Alpidio Alonso Grau habló sobre la importancia de multiplicar escenarios si de dialogar con los artífices de la cultura se trata.
El titular no pasó por alto que el Mincult puso un especial énfasis en la programación cultural, y en vencer dificultades económicas. Y al valorar lo realizado en el 2023, afirmó: “Nosotros decimos que no hubo apagón cultural”. Dentro de esa verdad incluyó al despliegue que los artífices de la cultura protagonizaron en las comunidades; y subrayó que el frente fundamental del trabajo ha consistido en sostener una programación a pesar de cualquier tipo de dificultad.
Otros objetivos -con resultados tangibles-, marcaron la ruta del trabajo del ministerio. Entre ellos; asegurar la preservación y gestión efectiva del patrimonio cultural y la memoria histórica de la nación; fomentar la participación de los diferentes segmentos de público en los procesos culturales y el uso inteligente del tiempo libre; impulsar la aplicación de la ciencia, la innovación, la informatización de procesos y la gestión integral de recursos humanos, como bases del desarrollo y promoción nacional e internacional de nuestra cultura; elevar integralmente la calidad de la enseñanza artística; así como fortalecer los sistemas de aseguramiento y sostenibilidad de la cultura en los diferentes niveles y el desarrollo de las industrias culturales con un criterio descolonizador.
Las proyecciones en lo inmediato tienen mucho que ver con las pautas del 2023, y también hacen especial hincapié en “fortalecer las industrias culturales y creativas a fin de elevar las capacidades para generar ingresos y contribuir a asegurar el soporte a la labor cultural, sin concesiones a los presupuestos coloniales de la industria hegemónica”; así como “consolidar la eficiencia de la gestión económica, financiera y de aseguramiento de las unidades presupuestadas y las empresas de la cultura”.
Luego de una introducción que habla sobre cuánto falta pero también sobre cómo en el 2023 se acrecentó desde muchos flancos el trabajo de la cultura -si se hace una comparación con el 2022-, se sumaron las voces de directivos, creadores, de prestigiosos artistas, para ratificar que los protagonistas de ese universo que atraviesa a la sociedad en pleno tienen que estar en la primera línea de combate por Cuba.
De desatar una ofensiva creadora; de llevar el arte en todas sus manifestaciones a todos los espacios posibles de la Isla; de que la Revolución no solo pretende crear un bien material sino también espiritual; del valor que habita en fortalecer el movimiento de aficionados; y del salvador empeño de la cultura en los barrios en transformación se habló también en el Balance, donde además temas cardinales como el de las Escuelas de Arte, la calidad de los claustros y la base material de estudio ocuparon más de un análisis en la tarde de este miércoles.
Tal vez el mayor de los méritos pueda expresarse del modo en que fue dicho en el Salón de los Plenos del Palacio de la Revolución: La Cultura ha acompañado al pueblo cubano en todos los momentos vividos en un 2023 lleno de desafíos y de complejidades.
Palabras de gratitud, y otras ideas necesarias
Hacia el final del encuentro, el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, extendió a los presentes gratitud y reconocimiento por todo cuanto hacen: “Nuestro eterno agradecimiento, dijo, a todos nuestros artistas, escritores, a todos los funcionarios, a todo el sistema de Cultura, porque es duro hacer cultura en los momentos complejos”.
El Jefe de Gobierno expresó que “nos ha faltado de todo, pero no ha faltado cultura; no ha faltado ese mensajeen los momentos complejos”. Y afirmó que “mientras más se ataca a la Revolución, ahí están nuestros artistas defendiéndola, ahí están llevando ese mensaje de esperanza”.
Marrero Cruz enfatizó: “Creo que en estos momentos complejos, llena mucho de fuerza poder contar con este ejército de mujeres y hombres, escritores y artistas de nuestro país, a los cuales estamos eternamente agradecidos”.
Por su parte el Presidente Díaz-Canel recordó que “a nosotros nos están aplicando una política de máxima presión por parte del gobierno de los Estados Unidos para derrocar la Revolución, y que tiene, a mi modo de ver, dos componentes fundamentales”.
El mandatario hizo referencia entonces a la asfixia económica, “que la estamos sintiendo como pueblo, recrudecida desde el segundo semestre del 2019”, a la cual se suman “los impactos de la inclusión en la lista de países que supuestamente apoyan el terrorismo”. Y subrayó que “en la cultura esto tiene una incidencia; eso ha provocado deterioro de la infraestructura; que no podamos disponer de las divisas y de los financiamientos que nos hacen falta para sostener un grupo de procesos culturales importantes”.
A lo anterior, el Jefe de Estado sumó la afectación de la programación cultural, a partir de las limitaciones con el combustible, con la electricidad.
El otro componente, en su entender, es la “intoxicación mediática”, a la cual definió como “una operación de inteligencia del gobierno de los Estados Unidos, que es de colonización cultural”, la cual busca fracturar las esencias y raíces culturales del pueblo cubano.
Es “muy agresiva, la hemos visto en los últimos tiempos”, denunció el mandatario, quien recordó que esa intoxicación mediática “ataca mucho a la cultura, a nuestras instituciones, a las figuras del arte que se mantienen con la Revolución”.
La unidad como arma estratégica y los caminos para concretarla en el día a día fue otra de las reflexiones compartidas por el dignatario, quien extendió su certeza de que “vamos a tener más unidad en la misma medida en que demos más participación”.
¿Cuál es el primer escalón de la participación popular en el ámbito de la cultura?, preguntó Díaz-Canel para luego afirmar: “Que la vanguardia artística y que los artistas y los creadores participen en la toma de decisiones, y para eso las instituciones tienen que trabajar de una manera diferente”.
Sobre el diálogo, sobre los necesarios espacios para “debatir, criticar, proponer, implementar lo que proponemos y después controlar popularmente, controlar artísticamentelo que hacemos”, el mandatario dijo que esos ambientes deben ser propiciados, y que hacerlo tiene mucho que ver con el papel que jueguen las instituciones.
“Si entre nosotros somos capaces de debatir, de analizar las circunstancias, las problemáticas, de proponer cómo superarlas en las condiciones actuales, y de implementar soluciones, al final vamos a tener resultados, y los resultados nos unen, porque estamos participando todos en crear espiritualidad, en potenciar la cultura”.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista insistió: “Creo que hay que buscar un diálogo oportuno, sistemático y profundo con la vanguardia artística, con los creadores, y también con todas las personas que laboran en nuestras instituciones culturales”.
“Hay que quitarse el síndrome de la pandemia, ya pasó la pandemia, y hay que ir de nuevo a una intensificación de la programación cultural con calidad, y a una intensificación también de la actividad de las instituciones culturales. Y sobre todo también porque tenemos que buscar recuperar lo que se nos ha deteriorado, lo que se nos ha deteriorado físicamente, y lo que se nos ha deteriorado también espiritualmente del tejido social a partir de todas las complicaciones bajo las cuales hemos vivido”.