¿Cuánto «pesan» las Ferias sabatinas?

¿Cuánto «pesan» las Ferias sabatinas?

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El tema de la alimentación en Cuba sigue siendo muy complicado. Las Ferias de productos que se organizan cada sábado (a los que se unen ya no solo vianda, carne y pan, sino productos de aseo u otros) se retomó hace algunos meses en los municipios capitalinos y quizás en otras provincias para aliviar bolsillos, aumentar ofertas, estimular producción y bajar tensiones hogareñas.

 

La pretensión comenzó excelente, pero tal y como nos pasa la mayoría de las veces «el fijador inicial se va perdiendo por el camino». No puedo generalizar porque apenas he podido visitar 3 o 4 en La Habana (algunas más seguidas que otras), pero si en el comienzo concurrían los productores directos con unos precios más asequible que los carretilleros o los timbiriches de esquinas, ya hoy la diferencia se va acortando y el acaparamiento de estos últimos en horas tempranas cuando llega mercancía es visible y peligrosa.

Sin embargo, lo que más va corrompiendo estas Ferias y sobre todo acaba con las arcas nada abundantes de los jubilados, trabajadores sin grandes entradas de dinero, estudiantes y otras capas sociales es el pesaje de los productos. No son muchos los que reclaman porque sienten pena, no tienen cómo mostrarle el robo o simplemente porque al ver una tarifa relativamente más baja piensan que reclamar su derecho sería una afrenta.

Y nada más alejado. Ningún producto que se venda en libras o kilogramos saca menos de 100 o más pesos de nuestras billeteras o carteras. Y si les falta un cuarto de libra o media libra (a veces imperceptible) lo estafan en dinero y en producto que no se lleva a su casa y sigue generando ganancias al vendedor. Por supuesto, esto es estafa, robo y es también falta de valores: honestidad, respeto, decencia, etcétera.

¿Qué hacer entonces? ¿Cómo protegerse si apenas hay pesas de comprobación y en la vorágine de comprar contra el tiempo más acelerado podemos estar en dos y tres colas al mismo tiempo? La experiencia de este periodista es llevar su propia pesa electrónica y una vez que me dan el producto lo peso yo y le rectifico al momento precio y cantidad. Y puedo asegurarles que ningún vendedor me ha dicho: «usted está equivocado».

Todo lo contrario. Aceptan lo que marca mi pesa y rápidamente quieren despachar al siguiente para evitar que «su error constante» se les convierta en caos y que todos sigan mi rima, lo cual demuestra que roban en el peso a conciencia con básculas adulteradas de antemano, que solo inspecciones que no aparecen en esas Ferias pudieran detectar y no el ojo humano.

Sé que es un tema larguísimo y cada quien tendrá sus historias. También sé que los más conformes a estas alturas dirán: «periodista, agradezca las ferias y no critique». Pero si el llamado es a corregir distorsiones, esta es una que está a flor de piel, le duele como nadie al pueblo y delegados, gobiernos municipales e inspectores pudieran resolver solo con el deseo más cercano de ser honesto y transparente con el pueblo.

Solo intento reflexionar sobre este tema, pero otros muchos pululan ya en la Feria, como la aparición de ofertas en Mipymes y trabajadores privados que salen de empresas estatales: ejemplo, Prodal y sus hamburguesas. Y los precios van a sus antojos: 500, 550 o 600. ¿Y por qué no lo vende directo la empresa? ¿Qué lo impide? ¿No bajaría al menos 50 o 100 pesos el producto?

¿Cuánto «pesan» las Ferias sabatinas? Nadie sabe. Pero les aconsejo que no se deje pasar gato por libre y reclame su derecho. Al final, solo está contribuyendo a rescatar valores en una sociedad que mucho lo necesita hoy.

Acerca del autor

Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.

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3 comentarios en ¿Cuánto «pesan» las Ferias sabatinas?

  1. Como este artículo fue publicado hace un mes (6 de marzo edición digital) y hoy 14 de marzo (edición impresa) no estoy muy seguro que sea publicado este comentario pero en fin, tengo que expresar lo que pienso al respecto.
    En el municipio 10 de Octubre las ferias sabatinas rotan entre los consejos populares ya que en un municipio tan extenso se hace engorroso moverse para algunas personas. Eso me parece que es justo y factible pero no entiendo por qué ya no pueden celebrarse en los parques o plazas de cada localidad y lo están haciendo en cualquier calle sin condiciones para ello y molestando a los vecinos porque desde mucho antes del comienzo se llenan de personas que lógicamente hacen bulla y alteran la tranquilidad del barrio.
    Pero obviando ese absurdo, hay otros mucho menos felices. Antes de comenzar, los compañeros del Gobierno que se supone son los organizadores, reparten una cantidad de turnos para algunos de los productos más demandados y así evitar aglomeraciones a la hora de comprar además de los oportunistas que se cuelan sin respetar a nadie. Hasta ahí todo está muy bien, lo que no está nada bien es que cuando te dan el tiket numerado, te obligan a coger 5 tikets para igual número de colas o productos (ternilla, pan, arroz, cabeza de puerco, confituras) aunque sólo te interese uno o dos de los productos en venta. Mi esposa y yo sólo queríamos comprar pan y nos dijeron que si no cogíamos los cinco tikets no nos daban ninguno. ¿por qué? Porque así está establecido ¿? Pero hay más:En cada una de esas colas hay una persona del Gobierno organizando el acceso de los compradores con su turno y en la de este sábado 13 en el kiosko del pan que estaba en Gertrudis y Jorge (cp Sevillano) recogía los tikets la misma compañera que los dio al principio y estableció, como cada sábado, la venta de 5 panes por persona pero en una actitud abiertamente irresponsable e irrespetuosa, intercalaba a cualquier conocido sin turno alguno a los que les vendían cualquier cantidad de pan. Al reclamarle por qué, me dijo que eran «trabajadores». ¿Trabajadores? y los que estamos en la cola con los tikets que usted misma repartió, ¿qué somos?¿vagos, antisociales o no existimos? ¿»Trabajadores» por encima del pueblo? ¿Ese es el Gobierno que nos representa en el municipio? Por favor que alguien me aclare porque aquí hay algo que no encaja. El Gobierno se decide en el municipio pero no un gobierno así.
    Y me disculpan lo extenso del comentario pero esta es una verdad incomprensible.

  2. Hoy sábado 9, en la feria realizada en las cercanías de la fuente de la Ave 51, la Lisa, contrastaba la forma en que actuaban vendedores diferentes. Algunos, que trataban sin éxito de demostrar que pesaban bien y calculaban correctente el monto a pagar, a quienes reclamaban por la evidente diferencia de peso con respecto a lo que «marcaba la pesa». Pesas que pesan en kgs mientras el que vende hace su cálculo «aproximado en libras» a ojo y los errores siempre a su favor.
    En contraste y para mi agradable sorpresa un grupo de 3 compañeros de Acopio de Consolación, desde su camión con chapa B020186, atendían con esmero a la población: uno de los compañeros pesando los productos que le alcanzaba una compañera, y un tercero realizando, calculadora en mano, el cálculo de la conversión de kgs a libras y multiplicando el resultado por el precio de cada producto. Todos estábamos observando con la confianza de que pagaríamos las lubras que realmente llevábamos
    Este equipo además permitió que los compradores elegieran una y otra vez los productos, hasta quedar satisfechos y siempre con amabilidad y jovialidad y ofreciendo la posibilidad de pagar de forma digital.
    Ejemplos como.este último, merecen ser reconocidos. Los que compartimos la cola, comentamos que es muy poco frecuente disfrutar de un trato así y que ya ellos son habituales y conocidos por estas virtudes, que afortunadamente todavía prenden en algunos de los que comercializan alimentos.
    Gracias a esos compañeros de Acopio de Consolación por su ayuda a la población de La Habana.

    Sugerenicia: Promover la venta de pesas de bolsillo que permita a los consumidores comprobar el peso de sus compras. Y establecer el pesaje en kgs, si la inmensa mayoría de las pesas están graduadas en kgs.

  3. «¿Cuánto «pesan» las Ferias sabatinas?». Visto así como acertijo la respuesta será igual una sentencia difícil de entender. Por qué no ferirar dia a dia al mismo público que acude al festín de la oferta y la demanda sin espiritu de vaciar inventarios para ser repuestos nuevamente el lunes.
    Gracias.

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