Tanto me gusta el guarapo frío, como escribir sobre la producción de azúcar y de los demás derivados de la caña. Tal vez la inclinación hacia el tratamiento de este tema obedezca a que toda la vida he sentido con placer, en el batey azucarero de mi pueblo, el inconfundible olor a melaza cocinada en los tachos del central Ciro Redondo.
Sin embargo, en esa industria me negaron información de interés público, transcurridas casi tres décadas de ejercicio periodístico, con el pretexto de que debía llegar allí acompañado de un funcionario de la Empresa Azucarera de Ciego de Ávila.
Mi inquietud formulada a la Unión de Periodistas provincial, tuvo una respuesta: Para brindar datos a los medios de prensa en cada unidad empresarial está autorizado el director y el comunicador de la misma, con vistas a garantizar fiabilidad y apego a la verdad. Para nada se prohíbe dar información a los reporteros, explicó en su carta el ingeniero Miguel Lima Villar, especialista de comunicación del grupo AzCuba en el territorio avileño.
Poco tiempo después de dicha respuesta, en uno de los lugares de acceso a la Unidad Empresarial de Derivados Ciro Redondo, sobrevino el asombro: “Dijeron a los custodios en una reunión que el periodista debe entrar solo por la puerta principal y acompañado del director…”
Recientemente, junto al colega Julio García Ruiseco, nos prohibieron la entrada a la destilería aledaña al ingenio Enrique Varona. El absurdo se repite: “si no vienen acompañados del compañero Miguel Lima, no puedo atenderlos”, expuso entre otras evasivas Onel Hernández Pimentel, director de la unidad de derivados de la caña de azúcar, del municipio de Chambas, quien ni siquiera quiso conocer el objetivo de la visita.
Acto seguido, el administrativo neutralizó la entrevista coordinada con el secretario general de la sección sindical de la destilería y orientó a la compañera agente de seguridad y protección colocarle el candado a la puerta del establecimiento.
A nuestra interrogante, Hernández Pimentel respondió que había recibido de forma verbal la orientación de sus superiores. En cambio, la misiva del jefe de la oficina de comunicación institucional de la empresa azucarera, señala: “Con fecha 3 de marzo del 2014, se les entregó a cada director y comunicador de nuestras UEB, la Plataforma de trabajo para la instrumentación del Manual de Identidad Visual Empresarial y del Manual de Comunicación Institucional, en los cuales se reglamenta las relaciones con la prensa”.
Los tres hechos acaecidos este año corroboran que algunos cuadros intermedios de dirección incumplen las orientaciones del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, encaminado a incrementar la eficacia de los medios de comunicación, cuando sus profesionales solicitan datos para brindarle al pueblo informaciones no secretas.
Estamos convocados por la máxima dirección del país a una lucha permanente contra el periodismo plano, intrascendente, que no le imprime a cada publicación su sello propio.
También nos han llamado a potenciar los ejemplos positivos y los valores de nuestra sociedad, pero para ello no resultan necesarias la retórica, la rimbombancia y las loas que mucho daño hacen, y estimular el periodismo investigativo, de opinión, que refleje más el protagonismo de los trabajadores y la vida en las comunidades.
Estoy convencido de que, con la experiencia y el alto espíritu de consagración de los azucareros, también se pueden purgar impurezas en las fuentes informativas que aún persisten en algunas unidades de la agroindustria avileña, donde el secretismo no debe convertirse en un nuevo derivado de la caña de azúcar.
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.
Todo parece indicar que el Peridente Raúl Castro habla en CHINO y por eso algunos funcionarios no cumplen sus orientaciones, aunque ellos continuan en sus cargos, a pesar de obstaculizar la información al pueblo, ante la mirada indiferente o complice de los superiores, que ni siquiera los sancionan con una amonestacion en el consejo de dirección