Claudia, la guerra, la tele, la muerte

Querida Claudia:

Mi niña, yo quería empezar a escribirte en este papel, algo así como: Tras la primavera el verano siempre llega Claudia y veo tus ojos en la foto, el azul del cielo y tus manitos, el vuelo de la mariposa…o sabe Dios que otra cosa.

Pero no pude Claudia, cómo podría Claudita, si cuando escribía supe de niños muertos, mientras las televisoras anuncian otra lluvia de bombas.

Y habrá más muertes de niños inocentes, niños a quienes la ambición e irracionalidad de unos hombres, que no escucharon el reclamo de paz de miles de voces en el mundo, amordazaron sus vidas para siempre.
Te das cuenta, mi niña, esa es la razón por la que no he logrado escribir esta carta de otra manera y así poder decirte que cuando nos veamos te llevaré al parque, y revisaré tus notas, y jugaré contigo.

Pero cómo podría Claudia, si la tele continúa allí, narrando la guerra, transmitiendo falsedades en nombre de la seguridad internacional contra el terrorismo, escupiendo bloqueos, muertos, gaza, palestina, capa de ozono…

Esa es la razón por la que hoy, hija mía, no puedo mandarte una carta feliz, pero yo te prometo, mi niña, que si se acaba la guerra y la razón se impone, podré escribir una carta mejor.

Un beso grande de Papá.